Por Sergio Silva Velázquez– A las 4.30 del martes, el sargento Sergio Páez González y el cabo Primero Cristian Peralta se trasladaron a la zona que se encuentra frente al predio de la casa museo del Obispo Colombres. ¿Porqué lo hicieron? La primera versión indica de que “una chica trans” había realizado un llamado para pedir ayuda. ¿Pudo haber mantenido un incidente previo con el sospechoso antes de que se desencadenaran los homicidios? ¿Pudo alguna de las víctimas haber reconocido al sospechoso? ¿Actuó el homicida motivado por una razón específica para consumar dos crímenes tan sanguinarios?
Las víctimas fueron acribilladas. En el lugar, los peritos encontraron al menos los restos de diez proyectiles. Siete impactaron contra la humanidad de los infortunados policías quienes no tuvieron chance de poder defenderse: el ejecutor actuó como un implacable asesino.
Por la tarde del martes, los pesquisas pudieron seguir armando el rompecabezas a partir de chequear la imagen que devolvía una cámara de seguridad en el lugar: allí pudieron ver como el homicida ataca a las víctimas y se fuga en una camioneta. La nitidez de la imagen no es la mejor pese a que pudieron desentrañar de que se trataría de una Toyota Hilux color blanca-o al menos claro- según la secuencia de imágenes. Las mismas fueron difundidas por la Secretaría de Estado de Comunicación Pública. La imagen congelada indica que la filmación se realizó en la Avenida Brígido Terán y Charcas.
Esta es la camioneta-Toyota Hilux, color blanca-que busca la policía: la imagen captura el momento en que el posible homicida de los policías Cristian Peralta y Sergio Páez González se fuga tras acribillarlos a balazos. #Tucumán #DobleHomicidio pic.twitter.com/RAf8p2Dayq
— SergioSilva (@SergioSilvaV) February 14, 2018
Los pesquisas se enfocan en el identikit difundido a partir del retrato hablado realizado por una testigo quien prestó declaración, el sospechoso tendría entre 25 y 35 años, de tez blanca, 1,70 metros de altura, cabello corto, vestía camisa clara y jean y conducía una camioneta doble cabina color blanca. El sospechoso actuó con una temeridad y audacia extrema que podría ser la consecuencia del consumo de alguna sustancia: la testigo afirma que los movimientos y las señales de su rostro indicaban que habría podido haber consumido algo. Pero, más allá de eso: ¿que pudo haberlo llevado a ejecutar semejante acto?
En agosto de 2017, una mujer trans fue asesinada en el Parque 9 de Julio en el marco de una presunta pelea por “el negocio de la prostitución” en toda la zona: salió a la superficie entonces una pelea a muerte entre dos facciones que lucran con eso. Se trataba de Ayelén Gómez cuyo crimen llegó a tener repercusión internacional, luego de que el diario El País de España se ocupara del caso. La familia de la joven -encontrada desnuda y con marcados signos de violencia entre unos ligustrines- explicó a la policía que tenía una enemistad con otra chica que también se prostituía. Este, es otro dato que también tienen en cuenta los investigadores en el análisis del cuadro general.
No llevaban chalecos
Los disparos se hicieron con una misma arma de acuerdo a lo que analizaron los peritos de la División Criminalística que analizaron los proyectiles calibre 11.25, que suele usar la misma fuerza.
Páez González, tenía 44 años,es quien fue el conductor de la patrulla: vivía en Alderetes con su familia. Fue quien se aproximó al vehículo desde donde saldrían los disparos: recibiría un impacto preciso en el pecho y otros en la espalda. Murió cuando lo llevaban al Hospital Centro de Salud. Había dejado un chaleco antibalas en el interior de la patrulla.
Su compañero Peralta, en tanto, de 37 años, cuya esposa es integrante de la fuerza y con la que eran padres de dos niños recibió un disparo en la clavícula y otro en el dorsal que terminaría siendo fatal. Moriría tras recibir los primeros auxilios primero en el hospital Centro de Salud y luego camino al Hospital Padilla. A muchos les sorprendió la circunstancia de que Peralta fuera herido de muerte pese a encontrarse más lejos del homicida que su compañero: para algunos, por cierto, esto habla de una posible destreza del tirador.
Durante toda la jornada se enviaron diferentes mensajes en las redes sociales: uno de ellos incluso muestra una fotografía junto al identikit confeccionado en la que se acusa a la persona de ser el autor del doble crimen. No obstante, poco después el joven grabó un video en el que se desvincula del caso e incluso adelanta que acudirá a tribunales.