El juez hizo aclaraciones: no hubo pericia psicológica

Publicado el: 9 octubre, 2017

Nadia Gisel Fucilieri asesinó en la madrugada del miércoles pasado a sus dos pequeños hijos con un bisturí. El caso generó gran revuelo y conmoción en la provincia y rápidamente se difundieron detalles del caso y de la historia de la familia, aunque no todos fueron datos exactos.

Este lunes, se conocieron las declaraciones del juez Orlando Stoyanoff, quien tenía a su cargo la causa por violencia de género y régimen de alimentos en esa familia, y desmintió que la mujer haya superado una pericia psicológica porque nunca se solicitó tal cosa.

El magistrado señaló también que el padre de los niños, Aldo Martínez, tenía restricción de acercamiento hacia su ex, pero no hacia los niños Marcelino (de 4 años) y Pía del Rosario (3).

“Debe aclararse que jamás se ordenó, ni intervino ningún psicólogo o psiquiatra dependiente de Tribunales en esta causa. Sin embargo, ella sí estaba siendo asistida por el Observatorio de la Mujer. También es cierto que el día antes del crimen fue tratada allí. Es un espacio de contención a la víctima de violencia, en el cual se busca fortalecer a las personas que asisten, para que puedan salir de una situación violenta y hacer terapia“, detalló.

Consultado por el diario La Gaceta sobre si se trataba de un caso complejo, aclaró que “todos los casos de violencia son complejos porque confluyen múltiples razones que la explican, aunque jamás la justifican. En este caso puntal no surge algún aspecto relevante. Todas las medidas solicitadas o que correspondía adoptar, fueron tomadas de inmediato”.

“La causa llegó acá en marzo. Hasta junio, el expediente no tuvo actividad porque no hubo requerimiento alguno por parte de la señora. En junio, pidió la restricción, que ya estaba dictada, y que fue sostenida. También se fijó provisoriamente una cuota alimentaria, como una medida cautelar, como accesorio a la medida de protección. El señor promovió una acción de alimentos, en la que también pidió un régimen comunicacional”.

Además, agregó que “en la audiencia de violencia, ambas partes a través de sus abogadas pidieron que suspendiera la audiencia de alimentos porque estaban buscando un punto de entendimiento, no sobre la violencia, que no es mediable ni negociable, pero sí en relación a las cuestiones vinculares de sus hijos. El acuerdo no llegó a materializarse, pero él no tenía restricción hacia sus hijos. Las razones que hayan existido o cómo se hayan manejado los padres, escapan a mi conocimiento”.

El magistrado hizo hincapié en que la Justicia de Familia no está colapsada, y detalló la situación. “No se trabaja en condiciones ideales, hay carencias, pero no coincido con que la Justicia está colapsada. Y si existe insuficiencia de recursos, mucho tiene que ver un abordaje desde el restablecimiento de derechos elementales que se busca hacer efectivos. El Derecho de Familia se modificó mucho en los últimos años y viene de la mano de reconocimiento de derechos que permiten su restitución en favor de quienes sufren situaciones de vulnerabilidad. El espectro de incumbencia es amplio y sensible. Tenemos normas nacionales e internacionales con alto estándar de reconocimiento de derechos. Y el trabajo que hacemos en los juzgados es tratar de achicar la brecha de ese alto estándar con nuestra realidad social. Hay una distancia importante”.

Y agregó que “esa distancia tiene múltiples explicaciones, pero no es un colapso. Sí puedo reconocer que trabajamos con muchísimos casos. En este momento existen 6.963 registros en trámite. Es mucho. Trabajamos a doble turno, desde las 7 a las 19. Contamos con 16 personas trabajando en el Juzgado. El crecimiento de la población y de la litigiosidad no ha venido siendo acompañado con un incremento proporcionado de los Juzgados, lo que sería un escenario deseable. Pero debe reconocerse que los Juzgados de Familia se incrementaron. ¿Alcanza? No. ¿Y se pueden trabajar bien 7.000 expedientes? No, pero en modo alguno puede afirmarse que haya colapso. ¿Hay mucho trabajo? Sí. Hay un trabajo muy consciente. Las dificultades tienen que ver más con una adecuada preparación de todos los factores. Y entiendo que es insuficiente la cantidad de psicólogos y trabajadores sociales que nos acompañan, porque el mismo cuerpo trabaja con otros fueros. Nos faltan elementos, modificar códigos, cambiar procesos. Pero debo reconocer que hemos mejorado sustancialmente en el abordaje a los problemas en relación a 10 o 15 años atrás. Hay más causas de las que desearíamos, pero no es colapso“, enfatizó.

 

Deja un comentario