Las clases en Tucumán siguen sin poder arrancar. El aumento de contagios de coronavirus en la provincia hizo que los funcionarios que pensaban lograr volver a las aulas en poco tiempo fuera solo un deseo. Es por esto, que ante la imposibilidad de reunir a varios alumnos en aulas cerradas, la Municipalidad de Yerba Buena presentó un protocolo al Comité Operativo de Emergencia con el fin de volver a las clases presenciales, pero al aire libre y con un máximo de 10 estudiantes.
El pedido, realizado por el Intendente Mariano Campero, se basa en la alta tasa de deserción escolar que se viene registrando durante la pandemia. “Nuestro municipio fue el primero en pedir la apertura de la gastronomía y es el primero que pide la vuelta a clases de forma mixta. La idea es también ponernos a planificar el año que viene que tenemos el desafío de optimizar la situación en educación. Hay un deserción importante“, señaló el funcionario.
La idea es que los estudiantes asistan cuatro días a la semana y que el día miércoles se utilice para desinfectar las instalaciones. Sólo podrán estar presentes durante dos horas a la mañana y dos a la tarde. Además, se prevé que los cursos sean de un máximo de 10 alumnos y con clases al aire libre. Los primeros en retornar, serían los 3 mil niños de la escuela municipal.
“El objetivo es una cuestión pedagógica y de salud mental. Estamos imitando lo que hicieron otros países. La educación es la apuesta al futuro. Si hoy tenemos un mal año educativo, la consecuencia la veremos en los próximos años. Es un trabajo determinante para la sociedad y, por eso, lo que planteamos es ponerlo en la mesa. Hacer las primeras acciones este año. No podemos perder la escolaridad“, expresó.
Por último, Campero manifestó que comenzar con las clases en este momento, servirá como modo de preparación para el año que viene. Teniendo en cuenta que habrá que readecuarse a los métodos de enseñanza establecidos y de ver la manera de convivir con el virus hasta que se logre obtener una vacuna.
