“Los changos salen a “trabajar”, así es como le dicen para ir robar”, porque “no tienen una”. “Es todo al chanchón. Vos apareces y si te toca, te toca, ¿viste? Es simple”. Estas fueron las palabras cantadas por algunos de los vecinos de uno de los barrios más calientes de la Capital tucumana, cerca del Obarrio.
El viernes pasado, tres periodistas de Los Primeros, fueron víctimas de dos delincuentes que, a punta de pistola, los despojaron de todos los aparatos de comunicación y después se metieron en un auto y huyeron. Sin embargo y gracias al testimonio de varios vecinos, lograron saber quiénes eran, cómo estaban vestidos e incluso dónde se refugiaron cuando escaparon a la carrera.
La policía actuó rápido para lograr atraparlos. Pero el tema no queda ahí. Sucede que ya todos saben que los “van a largar”. “En el barrio y en todas las villas, se sabe cómo funciona estas cosas. Los van a soltar. Los que los afanaron son de por aquí. Los changos trabajan de esa forma. Afanar les funciona bien, y si cae uno, una lástima. Además, no tienen miedo a nada porque saben que no pasa una” y agregaron:” Aquí estamos acostumbrados a que, si lo atrapan, se lo lleven, y luego vuelvan como si nada”.
Mariana Romero, Álvaro Mejuto y el cámara, llegaron a ese lugar en la tarde, por una llamada que recibieron por parte de los vecinos quienes pedían que no cierren la canchita de futbol que se encuentra entre las calles Venezuela y San Miguel. De repente, nos “pillaron, se metieron con un arma plateada dentro del auto, nos encañonaron a los tres y en menos de cinco minutos, se llevaron todo”.
“Éramos tres en auto, ante una cantidad impresionante de gente, pero te pasa a cualquier hora, seamos uno, seamos dos. Nos apuntaron en el pecho”, relató un compañero de Mariana al periodista Fabián Paez, que se sumó a la cobertura para cubrir el suceso mediante una transmisión en vivo.
Romero, por su parte, se agarró la cabeza nuevamente e intentando no caer en llanto, hizo un fuerte descargo frente a la cámara: “Tengo ganas de ir a encerrarme a un estudio a trabajar. ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos? ¡No podemos vivir más así!”. Sus palabras solo reflejaron la frustración, la bronca y la impotencia de una situación en que solo pudieron agradecer el estar vivos.
Un dato no menor es que, la periodista, con este episodio suma dos asaltos,- el primero sucedió en barrio Norte, donde la golpearon y le robaron el celular – en una misma semana, con una diferencia de 48 horas y en puntos totalmente antagónicos de Tucumán.
La semana fatídica de “La Flaca”, – como la apodan algunos-, terminó con una expresión que quedó plasmada en todos los medios tucumanos: “No se puede vivir así, no se puede. No puedo salir a la calle a trabajar, ya no tengo los medios”.