La dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos de la Provincia realizó a través de voluntarios “el rescate” y la posterior liberación de un oso melero.
“Esta acción puntual es el claro ejemplo de que la iniciativa y el trabajo conjunto, generalmente, arroja resultados exitosos en beneficio de nuestra fauna silvestre y la biodiversidad”, indicó la repartición que coordina Liliana Fortini.
A través de Facebook, la dirección relató todo lo ocurrido con el ejemplar (tamandua tetradactyla), desde su primer hallazgo hasta su recuperación.
Como en este caso, es importante tomar conciencia sobre la importancia del compromiso de toda la sociedad para el cuidado de nuestra fauna silvestre. Además, se recuerda a la población que la agresión, captura, tenencia y venta sin autorización correspondiente de especies de fauna silvestre está penada por la Ley Provincial N° 6.292.
“Hace tres o cuatro días, un grupo de jóvenes que iban de camino al dique Escaba capturaron un ejemplar de oso melero con el objetivo de tomarse fotografías con él y publicarlo en sus redes sociales. Dicha publicación generó preocupación entre muchos usuarios de las redes, dando lugar a una red de acciones voluntarias que permitieron recuperar el animal y devolverlo a su hábitat natural”, destacó el organismo público.
“El ejemplar fue liberado exitosamente en cercanías del sitio donde había sido capturado”, agrega el texto.
“El oso melero es una especie de mamífero muy emparentado y confundido con el oso hormiguero. Mide entre 53 y 80 centímetros de largo y habita en selvas, bosques y hasta montes y sabanas relativamente abiertas. Es una especie solitaria de actividad diurna y nocturna, con excelente capacidad para trepar árboles (gracias a sus fuertes garras y cola) donde pasan la mayoría del tiempo. También se desplaza en tierra, recorriendo largas distancias. Las hembras transportan sus crías en el dorso o en sus flancos durante un año aproximadamente”, es la descripción que dio a conocer la Dirección de Flora y Fauna.
Además, se agregó que la especie se alimenta especialmente de termitas y avispas, pero también consume miel y savia. Para alimentarse, rompe cortezas de árboles y termiteros usando sus garras y, con su larga lengua, captura los insectos que quedan adheridos en ella.
“Tiene un área de acción bastante grande y se encuentra en varias áreas protegidas. Sin embargo, es una especie de baja densidad que está siendo afectada por la pérdida y fragmentación de su hábitat, el atropellamiento en rutas, los incendios y la depredación por perros. Se sospecha que la población ha disminuido entre 20% y 25% entre los últimos 15 a 20 años, y las causas no han cesado. Por lo tanto, se le asigna la categoría de casi amenazado (NT)”, señaló la repartición.