A sólo 15 kilómetros de San Miguel, la Reserva Experimental Horco Molle ofrece un ambiente de paz propio de las yungas. Especial para disfrutar con tus amigos o toda la familia, para acceder debes hacerlo por avenida Presidente Perón; metros antes de llegar a la rotonda final, se gira hacia mano derecha continuando un camino de aproximadamente 700 metros hasta el ingreso.
En tu visita recorrerás un circuito que cuenta con especies autóctonas protegidas que te permitirá comprender la importancia de su conservación. Hay quinchos, merenderos y asadores.
El estacionamiento es sin cargo y la entrada sale: para mayores de 13 años en adelante $110; menores de 5 a 12 años $90 y los niños de 0 a 4 años, totalmente gratuita.
Creada en 1986, cuenta con una superficie de 200 hectáreas. Contiguo a ella, se encuentra el Parque Sierra San Javier, ambos administrados por la Universidad Nacional de Tucumán.
Debe su nombre al Horco Molle o palo barroso, un árbol de gran tamaño que tiene más de 20 metros de altura y 50 centímetros de diámetro, de gran valor ornamental con una fragancia que impregna el paisaje. El clima es templado-húmedo, con inviernos secos y veranos lluviosos.
Los animales constituyen la atracción principal y representan la fauna típica del NOA. La reserva se destaca por el manejo en semicautiverio de diferentes especies autóctonas para su rescate y rehabilitación. Hay animales en semilibertad dentro de un cercado perimetral de aproximadamente 18 hectáreas. Se pueden mencionar especies como sapos, ranas, yacarés, tortugas de agua y tierra, llamas, corzuelas o carpinchos.