Presidenta de Cosagro SA, y propietaria de un campo ubicado en la localidad de Tala Pozo (Burruyacu), Gabriela Peralta de 53 años, está viviendo un calvario a causa de personas que quieren adjudicarse su propiedad a la fuerza y con amenazas de por medio.
Según relata El Federalista, quien pudo hablar con ella, Gabriela fue amenazada de muerte con la frase “Desaparecé o sos boleta vos y tu hijo” en una de sus visitas al juzgado de Paz de Piedrabuena, tras ser interceptada por un desconocido.
“El sábado 16 de enero comenzó todo. El encargado del campo, que reside en las instalaciones del mismo, me comentó que había personas en los alrededores de mi propiedad, en un intento de usurpación.
Estas personas estaban haciéndose pasar por los dueños del campo, sin tener ningún tipo de certificación al respecto. Inmediatamente, me dirigí a la comisaría de Piedrabuena a hacer la denuncia correspondiente y asistí con oficiales hasta la finca a ver la situación. Al llegar, me encuentro con que habían sacado un candado de mi propiedad y que mis carteles habían desaparecido.
Además de ver mis instalaciones profanadas, me encuentro con tres personas en la calle vecinal de mi finca, en un auto gris, sin papeles.
El domingo 17 de enero, sin tener ningún tipo de permiso, establecieron una casilla y unas chapas en mi inmueble.
Quiero destacar que yo hice mi denuncia con la documentación correspondiente, acreditando mi propiedad, y ellos no presentaron absolutamente ninguna prueba de su posible arrendamiento o inversión.
El hombre que manifestó en todo momento ser el dueño del campo fue identificado como Daniel Zelaya, mientras que el supuesto arrendatario es Mario García, y el supuesto inversor es Mario Marineli.
Por otro lado, un tal Jimenez, que alega ser el casero y el mencionado Daniel Zelaya ya fueron notificadas por la fiscalía, pero no nos conta que sus nombres sean así”.
Todas las personas nombradas aseguran que responden a Chicho Soria.
Gabriela además asegura que, a partir del día en que estableció la primera denuncia, continuó haciendo las presentaciones correspondientes ante las distintas oficinas legales: se presentó en la Fiscalía de Delitos Complejos, en la Comisaría de Piedrabuena, en el Juzgado de Paz de Piedrabuena, y fue acompañada en todo momento de un escribano y un abogado que iban constatando su paso a paso.
Otro relato que cuenta Gabriela incluye al propio Chicho Soria en persona: “El día miércoles 20 de enero me encontré con el señor Chicho Soria, acompañado de otros seis hombres, con una Ford Ranger Raptor color azul eléctrico, sin patente, en la puerta de mi propiedad. Esto está constatado por una escribana que labró un acta en el lugar y en el momento del hecho”.
El mismo día en que la amenazan a ella y su hijo, Criminalística debía ingresar a investigar, y al ver esta situación, Chicho Soria se va y escapa, no sin antes dejar a otra camioneta con su nombre y a otras personas en el lugar”.
La historia no termina allí. Gabriela está instalada desde el sábado 23 de enero en su campo: tuvo que ir a asistir al casero y a su familia y desde entonces está con su hijo que es menor de edad viviendo allí por el miedo a no poder regresar y está viviendo una pesadilla: los agresores le cortaron la luz y el agua.
Como dato curioso, Gabriela cuenta que los usurpadores intentaron que ella asistiera sola hacer la denuncia, con toda la documentación correspondiente, acompañada por ellos.
Desde el día en que Gabriela está instalada en su campo empezaron a sentirse disparos por la noche. Mas precisamente, en la noche de ayer escuchó tres tiros cerca de donde está durmiendo, siendo una amenaza más que evidente.
“Esto se está volviendo insoportable, no solo por la falta de luz y de agua, sino toda la presión psicológica y por la amenaza”, manifiesta la mujer, agregando que aún espera las respuestas correspondientes de la justicia para poder volver su vida a la normalidad.
“Creo en la buena voluntad de todos, pero estamos muy expuestos por defender lo que es nuestro”.