Un insólito accidente alertó a los ocupantes de un edificio ubicado en Crisóstomo Álvarez al 700, poco antes de las 7 de la mañana de este miércoles. Los gritos de dolor que despertaron a varios vecinos venían desde el ascensor, pero al mirar dentro de él vieron que la mujer no estaba allí: estaba en el techo del elevador.
Se trataba de Fanny Drahag (46), una mujer que vive en el cuarto piso de esa construcción. Los vecinos que la encontraron subieron a su departamento y tocaron la puerta de las sobrinas de la mujer, que aún dormían. “Se abrió la puerta sin que el ascensor estuviera ahí. Nos parece raro, nunca habíamos tenido un problema así”, comentó Yamila, una de las sobrinas de la mujer accidentada. Cuando se asomaron a la puerta que había fallado, vieron a la mujer, que gritaba de dolor.
Drahag había salido temprano para hacerse unos análisis. Tras la caída, hubo que llamar a la Policía y a los bomberos, quienes lograron retirarla de allí. “Por suerte llegaron rápido”, añadió la joven.
Los efectivos subieron hasta el primer piso y abrieron la puerta de forma mecánica. Luego de colocarle un cuello ortopédico a la mujer, la subieron a una camilla de madera para sacarla de allí.
La mujer fue llevada de inmediato a la guardia del hospital Padilla, donde la sometieron a todo tipo de estudios para determinar las lesiones que tenía. A simple vista, notaron que tenía fracturas en la pelvis, un brazo y un tobillo. Con una radiografía, luego, se pudo saber que también se había lesionado una costilla, y que el hueso le había perforado uno de los pulmones. Sin embargo, no hizo falta ninguna operación.
“Las lesiones también pudieron deberse a que ella tiene algunos problemas en los huesos”, razonó Yamila.
Luego de que los médicos comprobaran con una tomografía que la mujer no tenía lesiones en la cabeza, la llevaron a la terapia intensiva, donde se encontraría estable. “Nos dijeron que estaba fuera de peligro”, informó su sobrina.