Por Sergio Silva Velázquez
La muerte de Ulises Benjamín Amaya, el niño de 4 años hallado ayer colgado de un puente en Las Talitas mantiene ocupada a una división especial entera de policías y a especialistas del Poder Judicial y de una fiscalía que acelera la pesquisa en torno a determinar que le pasó.
Los especialistas examinaron el lugar situado en circunvalación y el Canal Norte, en El Colmenar, donde recolectaron algunos elementos que serían importantes para la investigación y que podrían arrojar una luz en torno al caso. Una de las dudas a despejar era precisar si la criatura pudo haber sido víctima de un abuso sexual, algo que parece haber quedado descartado a través de los exámenes médicos realizados por los forenses, el mismo jueves, según confió una fuente judicial a TucSinFiltro.
En cuanto a la declaración de testigos, en las últimas horas, los investigadores se concentraron en el grupo familiar, las personas que formaban parte de la intimidad del nene. En ese sentido surge como hipótesis principal que el niño fue conducido al lugar donde aparecería muerto por alguien conocido : los consultados sostienen que era un horario en que los niños del barrio suelen salir a jugar. Los padres, por eso, en teoría, están especialmente atentos. “Muchos les prohíben a sus hijos que vayan a jugar debajo del puente porque es una zona complicada: sabemos que en el lugar se drogan“, explicó un joven consultado por esta web.
Por estas horas, los investigadores descartan que el niño haya ido al merendero. Nunca llegó allí.
Un familiar, no obstante, indicó que Benjamín “había sido bañado y lo dejaron cambiado” para cumplir con el propósito de que fuera a merendar, alrededor de las 16.30. Sin embargo, entre las 15.15 y 15.30, el niño desapareció como si se lo hubiese tragado la tierra. Nadie pudo saber donde estaba. Empezaba una búsqueda desesperada y frenética que terminaría con la peor pesadilla posible.
Una testigo
El mayor misterio radica en determinar si existió una persona que pudo haber acompañado al niño durante un trayecto que va desde su casa al lugar donde finalmente apareció, alrededor de las 17. En ese sentido, los investigadores cuentan con trascendidos proporcionados por allegados. Uno de ellos es una declaración ofrecida por una testigo que indican “el niño forcejeaba con un hombre”. En torno a esa pista avanza la investigación procurando dar con el sospechoso en cuestión.
La primera sospecha apunta al hecho de que la criatura pudiera ser la variable de ajuste de algún tipo de venganza personal. Benjamín vivía con su madre y sus ocho hermanos en la misma casa. Su padrastro completaba el cuadro familiar. “Se trata de una familia muy humilde…en principio no tenía deudas y los vecinos no indican que tuvieran algún tipo de conflicto con alguien”, afirmó uno de los investigadores.
El padre de Benjamín trabajaba en Buenos Aires y arribaba en la tarde de este viernes a Tucumán, luego de enterarse de la terrible noticia.
Una pericia importante es la que puede surgir a partir de un nuevo examen del cadáver por parte de especialistas. Allí procurarían detectar otros elementos de carácter genético que puedan conducir a la verdad.
El lugar
La zona donde el niño apareció muerte quedó en el foco de una discusión: los vecinos aseguran que el lugar funciona como sitio para arrojar basura y todo tipo de desechos.
El camino donde estuvo presuntamente jugando Benjamín esta demasiado alejado de la casa familiar. Por ese motivo, los pesquisas se preguntan que es lo que pudo haber llevado al niño hasta ese lugar. O mejor dicho, quien pudo haberlo llevado al lugar donde encontrarían su cadáver.
