Un caso de violencia machista que sufrió una profesora de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en manos de su jefe de cátedra destapó la olla de una catarata de maltratos y violencias que, según una denuncia pública de una estudiante, las autoridades de la casa de estudios omiten y dejan pasar sin investigación alguna, ni sanción a los violentos.
La periodista y estudiante de esa institución, Florencia Larrea, denunció públicamente la situación a través de su cuenta de Twitter @flopylarrea. Partió de una foto contundente de los brazos de una profesora que exhiben moretones por doquier para después ahondar en el panorama general que se vive respecto de la violencia de género, el abuso de poder en la UNT.
“Así quedó la profesora luego de que el jefe de cátedra de una materia que enseña en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT se enojara porque ella le dijo que no estaba de acuerdo que la asignatura continua titulándose “Entre dios y el diablo….”. Le dijo que “no capta sus ordenes” y la zamarreo gritándole “sos una atrevida”. Hubo que llegar a esto. A las marcas en el cuerpo de una docente, a una denuncia policial, a que la profe deba exponer su cuerpo nuevamente y públicamente para presionar e intentar que la UNT haga algo”, denunció en los dos primeros tuits.
Larrea expuso que este es sólo uno de los casos de violencia machista, quizás el que llegó más lejos en cuanto a denuncias y difusión, de los que se repiten dentro de las paredes del claustro de la Facultad de Filosofía y Letras, donde se dicta la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
Sobre el jefe de cátedra que golpeó a la profesora, a quien calificó de “acosador”, la periodista pidió la solidaridad de los colegas docentes hacia su compañera y hacia las estudiantes que sufren el abuso de poder y la violencia de género por parte del hombre. A su vez, solicitó una investigación por parte de las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras y del rectorado de la Universidad, presidido por el ingeniero agrónomo José García, acerca de la denuncia de la profesional.
En un pedido ya en mayúsculas, Larrea relató la mala experiencia que atravesó en carne propia con el violento por apoyar la denuncia de la docente, a quien las autoridades sólo atinaron, siempre según su testimonio, a cambiarla de cátedra, como si fuese la víctima la que tiene el problema y lo debe evitar y no el acusado, sobre al que al parecer, no habría dispuesta ninguna sanción, ni investigación sobre su accionar.
Al finalizar el hilo de tuits, reclamó a las jerarquías universitarias que tomen alguna acción para dejar “de ser cómplices de estas basuras” y compartió chats con compañeras que avalan que existen casos de bullyng y acoso sexual dentro de la carrera de Comunicación. Por último, informa que la profesora atacada tuvo que modificar su publicación en las redes sociales porque “está recibiendo amenazas”.