Víctor Garrocho, un agente de la Policía fue herido el viernes por la tarde por una bala perdida cuando estaba jugando con su hija en el patio del jardín “Los Pollitos Azules”, que funciona en el predio de la Jefatura de Policía, en la calle Italia 2.700
Durante el momento en que se dió el hecho, era velado en las inmediaciones un niño, el cual era despedido con disparos al aire.
“Se escucharon más de 20 disparos. No miden las consecuencias de disparar al aire. No les importa matar a alguien” […]“Es necesario que estas despedidas terminen, ese niño no es un héroe ni un santo, y si lo fuera tampoco justificaría que lo velen así. Podría haber ocurrido una desgracia”, sentenció María Florencia Núñez, esposa del oficial.
Garrocho se encontraba en el patio del jardín maternal jugando con su hija de tres años y una compañerita de ella.
“Estaba apoyado en la hamaca cuando sentí un ruido, un reventón en mi brazo izquierdo. Enseguida comencé a sentir un fuerte ardor, como si me estuvieran quemando. Empezó a salir sangre y cuando presioné para detener el sangrado sentí algo duro dentro de mi piel” contó el uniformado.
“La bala cayó a menos de 20 centímetros de la cabeza de mi hija. Había más de 30 niños en el maternal, más sus padres y los agentes; tuvimos suerte que no haya ocurrido una desgracia”, dijo Núñez.
La esposa del uniformado contó que luego de lo sucedido, otros padres del jardín ayudaron a su esposo a un sanatorio céntrico donde fue atendido. Los médicos extrajeron el proyectil y corroborarón que no había daños de gravedad.