Un chico de 16 años muere tras recibir un disparo en la espalda en un presunta venganza.
El miércoles poco después de las 21 ingresó a la guardia del Hospital Padilla un menor de 16 años con una herida de arma de fuego en la zona baja de la espalda con orificio de entrada sin salida en estado grave, según el diagnóstico de los médicos que lo asistieron. A las pocas horas falleció.
Al tomar conocimiento de esto, los investigadores se dirigieron a calle Magallanes al 1300, puntualmente a la vereda del domicilio del joven herido, debido a que en el lugar se habría producido el ataque.
Los allegados al menor especificaron a los pesquisas que desconocían los motivos del ataque.
Cuando los profesionales de criminalística trabajaban en el lugar, a las 22.40, ingresó a la Comisaría 9º una denuncia por abuso de arma de fuego, en el que señalan como autor del hecho al menor que había ingresado herido de gravedad al Padilla y a un cómplice.
Mariel Lobo, de 27 años, denunció que las 19.30 estaba en la cocina de su casa ubicada en Granaderos de San Martin al 1100 cuando sintió varios estruendos que parecían de disparos. De inmediato, la mujer se fijó en los monitores de las cámaras seguridad donde pudo observar a dos sujetos que se movilizaban en una moto de baja cilindrada sin cachas, y que el acompañante hacía disparos en contra de su propiedad. Al salir, Lobo observó que la pared del frente tenía al menos dos impactos de bala. Pero, lo que más tensión generó fue ver a sus hijos jugando en el garaje a escasos metros donde se produjo la balacera.
La mujer contó que su esposo, Francisco Caro está de viaje en Bolivia y que desconoce los motivos por los que atacaron la casa.
En su denuncia, la víctima señala que unos vecinos que estaban afuera pudieron identificar al autor de los disparos como S.D., quién ingresó herido de gravedad al Hospital Padilla a las 21.40 y a las pocas horas falleció.
Los investigadores son cautos a la hora de brindar información, pero un viejo conflicto entre dos familias podría ser el desencadenante.