Los restos de una mujer tucumana que se encontraba desaparecida en Catamarca desde el pasado 16 de julio, fueron encontrados y su ex pareja, con quien tenía tres hijos, confesó haberla asesinado, prendido fuego su cuerpo y arrojarlo a un pozo.
Eugenia Olivera no retornó a su hogar desde el día mencionado y es por esto que una amiga suya denunció su no aparición. Eliseo Guerrero, su ex novio, primero mencionó que la mujer había ido a visitar a un familiar dejando abandonado a sus hijos, aunque luego agregó que se había hospitalizado en Buenos Aires tras haber contraído coronavirus.
El hombre, había sido denunciado por Eugenia por violencia de género y tenía una orden de restricción para acercarse a ella, aunque no cumplió lo estipulado. La mujer había tenido con su asesino tres hijos de 8, 6 y 3 años de edad.
Precisamente sus contradicciones fueron las que empezaron a dar pista a la Policía, que empezó a realizar un minucioso seguimiento del sujeto, el suficiente para ejercer la necesaria presión que finalmente lo hizo confesar que mató a Eugenia, quemó el cuerpo y lo tiró a un pozo, del que les dio la ubicación.
En el lugar se encontraron los restos de su expareja, que trabajaba como secretaria en una clínica privada y estudiaba enfermería.