Marcelo Ramón Acuña, de 56 años, falleció en la madrugada de este sábado como consecuencia de una brutal golpiza que recibió el 22 de diciembre, presuntamente de parte del personal de seguridad de un boliche ubicado en Avenida Benjamín Araoz al 600.
La causa, que investiga la fiscala Adriana Giannoni, está calificada como autores desconocidos sobre homicidio.
De acuerdo al testimonio de la hija de la víctima, su padre fue a buscarla a bordo de una moto a la salida del boliche. En esas circunstancias, un patovica del boliche reconoció a Acuña, quien se desempeñaba como Policía de Tránsito Municipal, y se acercó para reclamarle por una ocasión en que Acuña secuestró su moto.
Luego (y siguiendo el testimonio de la hija de Acuña), le habría propinado una brutal golpiza. De todos modos el hombre pudo abordar la moto y retirarse junto a su hija a su domicilio. Pero cuando la joven fue a buscarlo a su cuarto poco después, lo encontró inconsciente. El hombre fue llevado al hospital Padilla y luego a una clínica privada. De acuerdo a los informes médicos, falleció como consecuencia de un traumatismo encéfalo craneal.
El equipo de investigaciones del Ministerio Público Fiscal hizo un relevamiento de las cámaras de seguridad del boliche en busca de imágenes que permitan avanzar en el esclarecimiento del crimen. En ese sentido, se recuperó un grabador de video digital utilizado con cámaras de seguridad y vigilancia para digitalizar y grabar las imágenes y audios que llegan desde las cámaras de seguridad.
Las fuentes judiciales informaron que ya prestó declaración la hija de la víctima. Además, se encuentran abocados a la búsqueda de nuevos testigos que permitan avanzar en el esclarecimiento del hecho a partir de su testimonio.
Se espera que en los próximos días aporten sus testimonios los empleados de seguridad y policías que estuvieron esa noche.
Mal obra mal termina