Un hecho sumamente tragico se desencadenó en la madrugada de ayer en una finca de Los Pereyra, en una zona donde se realizan distintas actividades agrícolas. Un trabajodor encontró dos cuerpos, un hombre y su hijo, ahorcados en la viga de un tinglado. Luego, se encontró una carta en donde se explicó el por qué de la drástica decisión.
Él y su familia habían sido víctimas de un embrujo. Por ese motivo, primero ahorcó a su hijo de ocho años, intentó prender fuero la humilde vivienda en la que residía y, por último, se quitó la vida. En tanto, los investigadores no pudieron responder por ahora por qué no le hizo daño a su pareja, muchos años menor que él y con problemas madurativos. Los uniformados identificaron al autor del homicidio como Víctor Rubén Carranza (62) y a la víctima, como Samuel.
“De la inspección a los cuerpos surge que fallecieron por ahorcamiento. En principio estaría descartada la intervención de terceros, por lo que se trataría de un homicidio seguido de suicidio. También se advirtió que se intentó prenderle fuego a la casa; en ese sentido, el hombre fallecido presentaba signos de quemaduras”, señaló Alejandro Valeros, coordinador de la Unidad Fiscal de Homicidios II, que conduce Carlos Sale.
Hasta el cierre de esta edición, la pareja del homicida y madre del niño, no había podido prestar declaración sobre lo sucedido. En principio, según las averiguaciones realizadas por los investigadores, no se encontraba en la vivienda cuando se desencadenó el hecho.
