Inmerso en un profundo dolor, toda la familia de San Pablo, despidió a Priscila, entre lagrimas, bronca, impotencia y gritos de justicia todo un pueblo acompaño a Pedro en el sepelio de su hija.
“Yo no se como van a salir adelnate, ni con la mejor psicóloga del mundo podrán“,se preguntaba Luciana Albornoz amiga de la familia que conocía a la joven desde pequeña.
Así fue el acompañamiento de Priscila.