¿Se está volviendo una costumbre? Un mensaje de audio detonó la alarma respecto a una situación fuera de control en la zona de Camino de Sirga y calle San Martín por donde pasaba el cortejo fúnebre de Agustín Alessandro, el joven que perdió la vida en un accidente mientras esquivaba un control policial. La voz femenina, relataba con angustia diferentes hechos de vandalismo y robos en la zona y alertaba que “se procurara evitar el lugar”. Algunos de los relatos hablan de vidrios rotos de automóviles estacionados en la zona y robos a ocasionales transeúntes.
Alessandro, murió el lunes en San Lorenzo y Frías Silva tras chocar de frente contra el colectivo de la línea 100 mientras circulaba en contramano y escapaba de dos móviles policiales que lo perseguían.
Los audios son relatos de testigos y víctimas de los hechos que sucedieron alrededor de las 18 en la zona del cementerio Parque de la Paz.
Pilar Lomba, otra vecina que vive cerca del parque Guillermina, explicó que en el lugar habían “más de 100 motos y mucha gente que pasó cerca de mi casa. Yo tengo un hijo con autismo, tuve que tirarme al suelo de mi casa con él y cubrirle los oídos porque no aguantaba el ruido de los disparos. Llame al 911 pero no me contestaron”.
Los familiares dijeron que Alessandro “había sido tomado como un delincuente” por la policía que lo perseguía y que “le había ocasionado la muerte”. Indicaron que había acabado de comprar la motocicleta y que por eso no tenía patente. Sin embargo, el joven, lejos de aclarar esta situación con la policía, eligió evitar el control profugándose. Los familiares llegaron a decir que los policías habían querido cobrarle una coima, supuestamente porque no tenía los papeles en regla. Los testigos relatan que el joven iba a una gran velocidad y podría haber causado también otra tragedia.
En los últimos días, otro hecho similar había sucedido con el cortejo fúnebre de un presunto delincuente abatido en Villa 9 de Julio: las imágenes de un video muestran a como los acompañantes vitorean al muerto mientras realizaban disparos al aire, delante de mujeres y niños. Andrés Ledesma, de 18 años, murió tras recibir un tiro en la cabeza en circunstancias que se investigan.
