“Rafa si estás leyendo esto es por que me mude de barrio”, así comienza la carta que le dejó Antonio a sus hijos antes de partir. Era trabajador, amable y padre ejemplar pero poco demostrativo con sus hijos varones . Todo el amor que tenia guardado se lo daba a su nieta , Azul que sacaba la parte más tierna de él. Así describe Rafa a su padre, que falleció el 22 de Septiembre después de padecer un edema pulmonar que se agravó y no pudo salir. A los días del doloroso hecho Rafael fue a casa de su madre quién le sugirió que buscará en la computadora algo que podría haber dejado su padre para él y estaba la carta.
Antonio le dejó una carta para sus hijos con un párrafo para cada uno, expresando todo lo que sentía por ellos y además les dió indicaciones explícitas de que hacer el día que muriera. “Rafa te pido que me lleves al crematorio y listo. No quiero que tengan que pasar por ese momento doloroso del velorio, no quiero que mis nietos me recuerden asi”expresaba en una párrafo.
Antonio Lombardo se despertó, el viernes , con un malestar que obligó a su mujer a llamar a una ambulancia. Había sufrido un accidente cerebrovascular. “Se sobrepuso. Pero después tuvo un edema pulmonar agudo y no aguantó. Había estado enfermo, tuvo algún que otro problema de salud, pero esto fue sorpresivo y repentino”, contó Rafael a un medio de Buenos Aires.
“Espero haber sido un padre por lo menos regular, porque me dediqué más a quien más lo necesitaba, y a ustedes los varones los descuidé en poco. Y creo haber sido un buen abuelo, pensé que llegaría a ver a mi nieta, a la que amo profundamente, casada; y al Tuti, que a fuerza de simpatía y ternura me fue ganando de a poco, en el secundario. Los amo a todos profundamente” concluyó en la carta.
“Mi papá siempre fue comerciante, buscavidas, le agarraron todas las épocas malas y todos los gobiernos. Pero jamás bajó la cabeza, siempre le dio para adelante.Ahora estaba trabajando en un puesto de diarios que compré hace tres años y estaba contento. Era muy prolijo. Y en la carta nos pide perdón a mi hermano y a mí porque dedicó su vida a cuidar a mi hermana, que tiene síndrome de Down. Ese ‘perdón’ refleja quién era él“, sostiene su hijo.
“Para mí encontrar esa carta fue una manera de aliviarme. Estaba preparado para hacerme cargo de todo porque si bien él no estaba enfermo sabía que iba a llegar este día. La persona que vi en la clínica no era él. No era justo que se fuera así. Pero fue tan genial que tenía todo preparado. Y pude disfrutar esta verdadera despedida”, concluyó Rafael con lagrimas en los ojos al recordar el hombre que fue su papa.