De acuerdo al Censo 2010, la población mayor de 65 años ascendió al 8% en Tucumán. Mientras que, en Yerba Buena, bajó del 7.7 a 6%.Señaló la Licenciada en Economía Antonella Gutiérrez La Bruna, al sitio web El Mirador – Diario de Yerba Buena.
De la ciudad capital al interior de la provincia. Los matrimonios jóvenes buscan alejarse del trajín citadino y migran a la periferia del Gran San Miguel de Tucumán. Las familias prefieren erigir un hogar en lugares menos inseguros, alejados del estrés, pero cerca de todo. Quieren mejor la calidad de vida. Los índices de mortalidad, natalidad y el acceso a la vivienda son indicadores a tener en cuenta.
Uno de los aspectos más importantes para la planificación económica y social es el impacto del envejecimiento en ciertos sectores estratégicos de la estructura social, tales como el sistema educativo, el mercado de trabajo, la seguridad social y la atención de la salud; y aspectos económicos fundamentales, como el consumo, el ahorro, la inversión, entre otros.
Mientras que el concepto de envejecimiento aplicado a los individuos aislados es claro y corresponde al aumento de su edad cronológica, cuando se trata de una población en su conjunto el mismo concepto es más complejo y puede encontrarse más de una manera de definirlo.
Envejecimiento poblacional
El “envejecimiento de la población” es un proceso de cambio de la estructura por edades de una población, caracterizado por el aumento del peso relativo de las personas de 65 años y más.
En el caso de los individuos, el envejecimiento es un proceso irreversible; en el caso de las poblaciones, envejecimiento y rejuvenecimiento pueden ocurrir alternada y hasta simultáneamente.
Los factores que explican la evolución de una estructura por edades son:
• La disminución en la mortalidad del grupo de edades de 65 años y más
• La disminución en la tasa de fecundidad
• La evolución de la tasa bruta de natalidad
• Los cambios implícitos en la estructura por edades dados por cambios sociales y culturales.
Censo 2010: Población tucumana de 65 años y más
Se realizó un análisis demográfico a partir de los Censos de Población, Viviendas y Hogares provistos por el INDEC para los años 1991, 2001 y 2010. El comportamiento de la provincia de Tucumán es muy similar al comportamiento del país: el proceso de envejecimiento poblacional está en marcha. La población de 65 años y más va cobrando mayor importancia con respecto a la población total. En 1991, el 6.3% de la población de Tucumán era mayor de 64 años; en 2010 la participación ascendió al 8%.
Pero haciendo un análisis departamental de Tucumán, se observa que el comportamiento varía. El caso de Yerba Buena es notable, ya que se ha registrado una disminución en este indicador: de 7.7% en 1991 a 6% en 2010. Lules, Cruz Alta, Tafí Viejo y Famaillá registran el mismo comportamiento. En el extremo opuesto, los departamentos más envejecidos son: San Miguel de Tucumán, Simoca y Tafí del Valle. Los mapas muestran el comportamiento que presenta el indicador en cada departamento de la provincia de Tucumán, donde se observa claramente cómo muchos distritos se han tornado más oscuros, lo que representa un mayor porcentaje de personas con más de 65 años sobre la población total a medida que transcurren los censos.
Otro indicador importante es el Índice de Dependencia Potencial (IDP), que muestra el número de personas dependientes por cada 100 personas potencialmente activas. Los resultados obtenidos fueron contundentes: el porcentaje de personas menores de 15 años ó mayores de 64 años, en su conjunto, fue decayendo en el país y en la provincia de Tucumán y sus diecisiete departamentos. Esto se puede interpretar como consecuencia de que la natalidad en todas las regiones ha disminuido y resulta un impacto más fuerte que el hecho de haber aumentado la proporción de ancianos, que como se hizo referencia anteriormente, es bastante heterogénea entre las regiones analizadas.
Ambos indicadores, permiten determinar que las causas de estas variaciones se dan porque: se ha experimentado una expulsión de población joven desde la capital a localidades como Tafí Viejo, Banda del Río Salí, Alderetes (ambos pertenecen al departamento de Cruz Alta), Yerba Buena y Lules. Las familias jóvenes prefieren armar su hogar en lugares menos inseguros, alejados del estrés, pero cerca de todo; es decir buscan mejor calidad de vida. O simplemente porque el acceso a la vivienda es menos onerosa fuera del lugar de nacimiento. Esto se ve reflejado en el aumento de construcciones de barrios nuevos.
Estructura del hogar
Una variable clave en la determinación de la situación de riesgo de exclusión social es la estructura del hogar. Los hogares unipersonales formados por personas de 65 y más años, junto con los monoparentales encabezados por mujeres, son los que mayor riesgo de padecer exclusión social tienen. El incremento porcentual, entre el censo 2001 y 2010, de los mayores de 65 años que viven solos sobre el total de personas de la tercera edad es evidente. Dicho comportamiento se registra en todos los departamentos de la provincia de Tucumán, y Yerba Buena no es la excepción, pasó de 10% en 2001 a 13% en 2010.
El riesgo de padecer exclusión social es mayor en el caso de las mujeres. Esto se debe a la mayor esperanza de vida de las mismas, y si a esto se añade la escasa cuantía de las pensiones de viudez que reciben, cada vez se alarga más el número de años que las mujeres deben sobrevivir con pensiones insuficientes paran cubrir los gastos de la vida diaria.
Inclusión social
Numerosas políticas se están llevando a la práctica para promover la inclusión social de los menos favorecidos, pero sin una participación interinstitucional y un compromiso social adecuado, las estrategias contra la exclusión social se convierten en ineficaces.
El proceso de envejecimiento de la población será un importante reto para las sociedades en el futuro. Sin embargo, en oposición al temor generalizado de que el envejecimiento provocará la desestabilización del Estado de Bienestar, no se debe olvidar que el alargamiento de la vida es un logro de las sociedades y debe plantearse como tal. Los cambios demográficos que se están produciendo en nuestras sociedades requieren una revisión de los planteamientos vigentes. Hay mucho por hacer en materia de envejecimiento poblacional. Solo resta que la comunidad y el Estado tomen conciencia, y que se actúe en consecuencia.
Fuente: El Mirador