Indignante, aberrante y escalofriante, así podrían describirse los hechos que vivió Rocío Rojas, la niña de 4 años de Lules, en el caso que causó conmoción en todo Tucumán, como así también a nivel país. En las investigaciones que se vienen llevando a cabo, se detallaron los hechos por los que tuvo que pasar en sus últimos días con vida, y hasta tendrían la causa de muerte de la menor.
Según la Justicia, las personas que deberían haberla cuidado y que ya recibieron prisión preventiva, golpearon a la niña y la dejaron en el frío del patio de su casa. Esto es algo clave para los investigadores, teniendo en cuenta que afirman que debido a las heladas en la provincia, la menor terminó falleciendo.
En la denuncia hecha por la hija de Carolina Graneros, “madrina” de la niña, indicó que la vio por última vez en la noche del miércoles, aunque ya estaba sin vida en el dormitorio de Edgardo Hernán Caro, pareja de su madre.
Al verla sin respiración, intentaron reanimarla haciéndole boca a boca, pero la menor, que tenía vómito hasta en su nariz, no respondió. Ese testimonio, fue determinante porque se pasó de la fiscalía de Delitos Complejos a la de Homicidios.
Tras ver su deceso, los integrantes del domicilio ubicado en el asentamiento La Chabela de la ciudad luleña, tomaron la decisión de llevar a la niña ya fallecida en una moto hasta un terreno que tenían, tirarla en un pozo que estaba destinado para ser letrina y prenderla fuego. Mientras las llamas consumían su cuerpo ellos trataban de desmembrarla.
Al quedar algunas partes fuera del incendio realizado, volvieron al lugar con una bolsa arpillera, se fueron a la orilla de un río que ahora se encuentra sin agua, y volvieron a prenderla fuego. En la vivienda, se secuestraron sábanas y colchas con manchas pardo rojizas, además de pantalones mojados. El cuarto donde se encontraba, dio positivo al luminol.
Debido a la pequeñez de los restos óseos y molares encontrados, las pericias de ADN, demorarán alrededor de tres meses. El fiscal Ignacio López Bustos, reveló que los imputados al incendiar el cuerpo, privaron cualquier posibilidad de realizar una autopsia, por lo tanto, no se puede comprobar si hubo abuso sexual ni tampoco cotejar muestras con la de los acusados.
Además de Graneros y de Caro, el otro acusado se trata de Mauro Leonel Véliz, yerno de Carolina Graneros, quien también residía en el domicilio. Por último, desde la fiscalía, se encuentran las investigaciones para determinar el trabajo que debían realizar los funcionarios que aprobaron el cuidado de la niña hacia estas personas, y ver si cumplían con su obligación de velar por su cuidado.