Una joven se presentó ante la justicia con una historia complicada. Alegó que solía transportar mercancía de contrabando desde el norte del país a Tucumán y que, por una serie de eventos oscuros, se vio involucrada en un negocio de drogas y amenazada. Afirma que fue secuestrada y acusa a la policía de estar involucrada.
María Magdalena Zelarayán, madre de tres hijos, solía vender ropa, zapatos y neumáticos que traía de Bolivia. Cuando tuvo problemas con sus vehículos y no pudo repararlos, aceptó hacer un viaje para llevar mercancía para otras personas a cambio de dinero.
El viaje parecía normal, pero después de entregar la mercancía en Tucumán, se encontró en una situación aterradora. Personas la amenazaron y persiguieron. Después de un tiempo, escapó y se refugió en casa de una amiga. Más tarde, se presentó en una comisaría y denunció lo sucedido.
Sin embargo, su pesadilla no terminó allí. Fue secuestrada por cuatro hombres y sufrió abusos y amenazas. Después de un llamado telefónico, sus captores la liberaron. María Magdalena cree que la policía también estaba involucrada, ya que llegaron al lugar poco después de su liberación.
Ella busca protección y teme por su vida y la de sus hijos. Sus abogados argumentan que fue víctima de un secuestro extorsivo y quieren que el caso pase a la justicia federal. La investigación está llena de incógnitas que deben resolverse para entender lo que realmente sucedió.
