El transporte público de pasajeros se encuentra en una situación crucial debido a la interrupción de los subsidios federales a través del Fondo de Compensación, decisión tomada tras el fracaso de la Ley Omnibus. Esta situación ha generado incertidumbre sobre la continuidad del servicio, especialmente luego de que el Gobierno nacional detuviera el flujo de fondos hacia esta área vital.
La implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) se muestra como una posible solución, aunque actualmente solo se avanza en San Miguel de Tucumán. No obstante, incluso con esta alternativa disponible, será necesario ajustar las tarifas del servicio para adaptarse a la nueva realidad sin los subsidios federales.
La falta de un director designado para el sistema SUBE complica aún más la situación, ya que las provincias que aún no han adoptado este sistema carecen de información sobre su expansión y su implementación, incluida la nominalización.
Los empresarios locales han planteado dos opciones: un aumento en el costo del boleto, que actualmente se sitúa en $230 pero que según ellos debería rondar los $1,000, o un aumento en los fondos destinados al sector por parte del Ejecutivo provincial.
Los concejales están analizando la situación y consideran inevitable un aumento tarifario debido a la inflación. Sin embargo, también reconocen que la implementación del SUBE puede brindar transparencia al sistema y beneficiar a los usuarios con descuentos significativos.
En medio de estas discusiones, se destaca la urgencia de mejorar la calidad del servicio, que se considera obsoleto y deficiente, y la necesidad de encontrar soluciones concretas para garantizar la continuidad y la calidad del transporte público de pasajeros en la provincia.
