Hace poco menos de dos semanas habían quedado presos por romper vidrios y robar a automovilistas, pero quedaron libes. Ayer no supieron disimular los nervios que les provocaba la cercanía con la policía, lo que fue notado por uniformados que patrullaban las calles del Barrio Sur de la capital tucumana, quienes no dudaron en intentar identificar a los “incómodos”, que finalmente terminaron una espectacular persecución.
Alrededor de las 10 de la mañana, efectivos de la policía provincial realizaban recorridos preventivos dentro de las “cuatro avenidas”, cuando advirtieron la presencia de hombres a ordo de una moto de gran cilindrada que circulaba sin patente por las inmediaciones de calles Crisóstomo Álvarez y Alberdi.
Los sospechosos, al darse cuenta que estaban muy cerca de los hombres ed azul, deciieron acelerar la marcha de la CG Titán 150 c.c. en la que se manejaban, lo que obligó a una persecución a gran velocidad por varias calles del pintoresco barrio. Idas y vueltas, subida y bajadas, terminaron en Bernabé Aráoz al 100, donde los uniformados lograron cortar el paso a los prófugos.
Cuando todo parecía llegar a su final, los ahora acorralados motociclistas comenzaron a dar pelea a los policías, a quienes propinaron algunos golpes de puños y patadas. Tras algunos minutos de tensión, fueron reducidos. En su poder tenían una “Llave T” o “chupete”, una herramienta muy usada por delincuentes que se dedican a romper vidrios de autos o forzar cerraduras.
Conocidos como “Mojarra” y “Loquillo”, los policías los trasladaron a la comisaría 2°, donde se puso en conocimiento del operativo a la fiscalía penal de turno, desde donde avalaron el procedimiento, se ordenó el secuestro de la moto y de la herramienta.