Por Franco Carletto – Redacción Tucumán Sin Filtro.
Las elecciones locales están a la vuelta de la esquina, y los candidatos aprietan los dientes buscando captar a la mayor parte del electorado tucumano, castigado por los tarifazos, la pobreza estructural y la inseguridad.
El candidato Ricardo Bussi, hijo de Antonio Domingo Bussi (gobernador de facto entre 1976 y 1978), volvió a ser el centro de polémica con otra propuesta de campaña que va a contramano de los derechos humanos elementales.
El viernes, el hijo del ex militar condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar difundió a través de la red social twitter un nuevo spot de campaña donde propone, a buenas y ligeras, negarle comida a los reclusos del Penal de Villa Urquiza que no trabajen dentro de la institución.
El propio Bussi le puso voz al video, que sobre el final lanza una propuesta lapidaria: “en el gobierno de Fuerza Republicana, preso que no trabaja, preso que no come”.
No es la primera vez que el candidato de Fuerza Republicana propone políticas de Estado que, de ser implementadas, cercenarían derechos humanos elementales. Hace algunas semanas, Bussi fue entrevistado en “Panorama Tucumano”, el ciclo semanal nocturno de La Gaceta. Sin tapujos, el candidato a Gobernador aseguró que desconfía del hallazgo de restos óseos de Guillermo Vargas Aignasse, desaparecido en 1976, en el centro de inhumación clandestina conocido como Pozo de Vargas. Cabe recordar que Antonio Bussi fue condenado en 2008 por la desaparición forzada del ex Senador Provincial.
Cuando los periodistas le aclararon que la identificación de restos de personas desaparecidas durante la dictadura forma parte de un trabajo científico, Bussi repitió que desconfía de las tareas de los especialistas, escudándose el en débil argumento de que el juez que llevó adelante la causa era apoderado del Partido Justicialista.
Ricardo Bussi tampoco escatima a la hora de echar mano a viejos slogans usados por las dictaduras militares para sus propuestas de campaña. Así, hizo de la “mano dura” y de “el ejército en las calles” su bandera política e ideológica.
Pero siempre dispuesto a ir más allá, esta vez propuso negarle el derecho a la alimentación a personas privadas de su libertad, un derecho elemental contemplado no sólo en la Constitución Nacional, sino también en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.
El año pasado, la ong Andhes (Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales) editó el manual “Buenas Prácticas en Relación a Personas Privadas de Libertad”, donde se reconoce “el derecho fundamental que tienen todas las personas privadas de la libertad a que se respeten y garanticen sus derechos y a ser tratadas humanamente”.
Por otra parte, el manual hace referencia a las “Reglas Mandela”, las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos. Se trata de un conjunto de normas adoptadas por las Naciones Unidas en 1955, que tuvieron su última reforma el pasado 17 de diciembre de 2015. De ser aplicadas (las Reglas Mandelas) plenamente, dice el manual, podrían contribuir a cambiar lo que hasta ahora ha sido el sistema carcelario y su política de sujeción y castigo.
En otro de sus apartados, el manual de buenas prácticas identifica los patrones que facilitan la tortura y los malos tratos en el Panal de Villa Urquiza, y los categoriza en tres grandes grupos: patrones socio culturales, patrones institucionales y, por último, los patrones residuales.
Dentro de los patrones institucionales, se encuentran la condiciones de detención que hacen a formas de tortura y malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad. Con respecto a este punto, se hace referencia a prácticas ilegales tales como la privación dolosa de la provisión de agua, de alimentación, de aire suficiente, de luz, de abrigo, de atención médica o sanitaria, así como también impedir al detenido salir de su lugar de encierro para asearse o hacer sus necesidades fisiológicas.
Las propuestas de campaña de Fuerza Republicana no sólo carecen de sustento jurídico alguno, lo que hace imposible que sean llevadas a la práctica, sino que además, y lo que es aún más grave, implican un retroceso importante en materia de Derechos Humanos.
BASTA! pic.twitter.com/Em12YvX6mP
— Ricardo Bussi (@ricardobussi) 5 de abril de 2019
Y donde quedan nuestros derechos a vivir ?
A tener un trabajo digno , sin miedo a ser asesinados por unos pesos ,no tenemos derechos a adquirir por culpa de alguien q no quiere trabajar 8 horas diarias .Ganar con sacrifio las cosas que nos roban , nos roban a nosotros para poder solventar sus vicio que no vengan a decir q es para comer.Se acuerdan de sus madres cuando los estan golpeando pero no se acuerdan que al dispara al apuñalar a otro ser humano dejan madres sin hijos esposas que tendran q luchar solas para poder alimentar y darles educacion a sus hijos hijos sin padres q quedan a la suerte q su madre se rinda . Con suerte les tocara un padrasto q los quiera les pague una educacion y si no les toca esa suerte ? Corren el riesgo de ser avusados mental y fisicamente.Donde estan nuestros derechos humanos?.