Por Federico Fahsbender de Infobae-A principios del mes pasado en la Sociedad Rural de Necochea, Roberto Daniel Vecino, de 57 años, se llevó a casa un premio paradójico para un hombre que semanas después acuchillaría hasta la muerte a casi toda su familia: un trofeo por sus canarios. “Campeón de línea”, decía su cucarda, que ganó, precisamente, en el Campeonato Nacional de Canarios.
Dueño de un pequeño criadero y delegado de ACUNQ, la asociación de entusiastas de las aves en Necochea y Quequén, Vecino había llegado con sus jaulas en varias ocasiones a otros eventos del circuito como el Campeonato Argentino de Canaricultura. En sí, sus pájaros cantores eran un hobby más relajante y mucho menos gris que su trabajo como sereno del cementerio de Necochea. De todas maneras, un hombre de pájaros no es un hombre de paz. Esta mañana, Vecino se convirtió en una suerte de nuevo Ricardo Barreda; un hombre capaz de matar a los suyos. Cerca de las 9 AM, en su casa del barrio FONAVI de Necochea sobre la calle 98, Vecino tomó un machete de casi medio metro de largo para masacrar a sus hijas Etelvina (19) y Rosa (21), su hijo mayor también llamado Roberto Daniel (24), su ex mujer Marta Curutchet y un hombre del barrio.
Fuentes tanto policiales como judiciales reconstruyeron el hecho en diálogo con Infobae. La fiscal Mirta Ciancio, a cargo de la UFI Nº20, está a cargo del expediente. Para empezar, Vecino no tardó demasiado: sus cinco víctimas murieron en un rapto de aproximadamente diez minutos. Tampoco tuvo que ir demasiado lejos; su ex mujer, con quien llevaba años separado, vivía justo en la casa de al lado. Todos murieron degollados de lado a lado. Vecino medía 1,98 metros de estatura, tenía la altura y fuerza suficiente para reducir a sus víctimas y matarlas con precisión. Marta Curuchet murió en casa de Vecino; sus hijas murieron en casa de su madre, en una habitación de la planta alta. Su hijo corrió hasta la esquina de las calles 98 y 63. No le sirvió de nada: su padre lo atrapó y lo degolló también. La misma suerte le tocó a Horacio Córdoba, un hombre del barrio de 70 años que se le cruzó en el camino.
Alertado por un llamado al 911, un Comando Patrulla de la Policía Bonaerense llegó al barrio FONAVI para reducir a Vecino. El hombre estaba preparado; cuando los efectivos le arrebataron el machete ensangrentado, sacó otro cuchillo que tenía en el cinto. Tras un forcejeo, logró escapar y se metió en su casa. Ahí, en la misma habitación en que mató a su esposa y en presencia de su cadáver, se ahorcó hasta morir.
El mito machista alrededor del caso Barreda indica que el odontólogo mató a su mujer e hijas harto de que denigren su masculinidad. Entonces, ¿qué llevó a Vecino a matar a cinco personas en diez minutos? El móvil, por lo pronto, no está precisado en el expediente. La doctora Analía Duarte indica: “Se habla de una fuerte discusión esa mañana, pero por lo pronto no hay antecedentes de denuncias de violencia, ni en la casa ni en el ámbito laboral de Vecino. Incluso tenía una buena relación con su ex mujer“.
Hay otros matices. De vuelta en el cementerio, sus compañeros, según medios de Necochea, afirman que solía pinchar cadáveres con un alambre para hacer chistes algo negros y espantar a compañeros. En diálogo con C5N, otra de sus hijas, Daniela, que afirmó haber huido de su casa a los 16 años, describió a Vecino como un golpeador serial que aterrorizaba a su familia y a quien ya había denunciado, algo que no les consta a los investigadores del caso.
Un cuñado de Vecino cumplía arresto domiciliario en casa de Marta Curuchet. Al ver cómo Vecino atacaba a sus sobrinas, corrió y se escondió. Luego fue el primer testigo en declarar. Los policías que intentaron reducirlo también dieron su testimonio ante la fiscal Ciancio. Por lo pronto, los seis cuerpos, el de Vecino incluido, aguardan su autopsia en la Morgue de Necochea.
Fuente: Infobae