Salvador Ramos fue identificado como el autor de la masacre en una escuela de Uvalde, en Texas, que se cobró la vida de 19 niños y un docente. Antes, el joven de 18 años, había asesinado a su abuela.
Poco se sabe acerca de los motivos que llevaron a Ramos a cometer la segunda peor tragedia en un colegio en la historia de Estados Unidos, más grave que la masacre de Columbine y solo superado por la masacre de Sandy Hook, en Connecticut, donde murieron 28 personas, incluyendo a su perpetrador. Además, las armas que habría utilizado para cometer los crímenes tampoco fueron identificadas.
Sobre Ramos se sabe que el pasado 16 de mayo cumplió 18 años y que ese día compró armas. También que vivía con su mamá y, a veces, con su abuela. Un compañero identificado como Santos Valdez contó que en el último el joven mostró cambios en su comportamiento. Dijo a Washington Post que Salvador sufría hostigamiento y que también él mismo generaba peleas en la secundaria.
Según las autoridades, el asesino habría sido abatido por la policía.
Según contó al Post, Ramos se detuvo una vez en un parque donde a menudo jugaban baloncesto con cortes en toda la cara. Primero dijo que un gato le había arañado el rostro. “Luego me dijo la verdad, que se cortaba la cara con cuchillos una y otra vez”, recordó Valdez.
Valdez dijo que Ramos conducía con otro amigo por la noche y disparó a personas al azar con una pistola de aire comprimido. Empujó los autos de la gente y comenzó a usar ropa negra, botas de cuero y estilo militar, según el testimonio del adolescente.
Hace aproximadamente un año, Ramos publicó fotos en las redes sociales de rifles automáticos que “tendría en su lista de deseos”, dijo Valdez. Hace cuatro días, publicó imágenes de dos rifles a los que se refirió como “mis fotos de armas”. Hace cuatro días, publicó imágenes de dos rifles a los que se refirió como “mis fotos de armas”.