La cuenta de Twitter de la ministra de Seguridad de la Nación fue hackeada. Los atacantes informáticos pueden haber conseguido su contraseña, entrado a su correo electrónico, accedido físicamente a su teléfono o utilizado otras múltiples maniobras rebuscadas. Aun así, proteger nuestra cuenta no es difícil, solo necesitamos configurarla correctamente y tener buenos hábitos.
Más allá de tener una contraseña robusta y utilizar claves diferentes para las distintas redes sociales, lo mejor que podemos hacer para proteger nuestra cuenta de Twitter es activar la autenticación de dos factores. Esto significa que la aplicación, o el sitio, no solo va a necesitar nuestra contraseña para permitirnos acceder a nuestra cuenta, sino también un código que Twitter envía únicamente a nuestro celular.
Activar la autenticación de dos factores en Twitter
Si activamos la verificación, Twitter nos solicitará un código cada vez que intentamos iniciar sesión.
Para hacerlo, tenemos que entrar al sitio e ingresar al menú de configuración. La doble autenticación requiere que tengamos registrado el número de nuestro celular y un correo electrónico confirmado. Ambos están en la pestaña de datos personales. Si cumplimos con las dos condiciones, podemos acceder al apartado de Seguridad y Privacidad para activar la verificación de inicio de sesión. Al hacerlo nos enviaran un código a nuestro teléfono para confirmar que somos nosotros. Desde este momento, Twitter nos pedirá un código similar cada vez que intentemos ingresar a nuestra cuenta.
En caso de que sea un equipo mediante el cual entramos habitualmente, podemos registrarlo para que no nos lo pida más. Si alguien consigue nuestro nombre de usuario y contraseña, por ejemplo, porque otro servicio que usamos fue victima de un ataque, cuando intente entrar a nuestra cuenta de Twitter necesitará el código que solo llega a nuestro teléfono.
Si te llega un código que no pediste, no deberías alarmarte, pero podés chequear desde dónde quisieron entrar ingresando a la sección Tus datos de Twitter del sitio. Al chequear que no fuiste vos, es aconsejable cambiar la contraseña.
Buenos hábitos
Aunque tomemos precauciones, la seguridad también es una cuestión de hábitos. Jerarquizar nuestras contraseñas, usar claves robustas, configurar nuestras nuevas cuentas, mantener actualizados nuestros equipos y, lo más importante, no caer en las trampas.
Lo más probable es que usemos decenas de servicios en Internet, entre redes sociales y aplicaciones. Debido a esto, tenemos que tener en cuenta que si usamos la misma contraseña y uno resulta vulnerado, todos correrán peligro. Tener 25 contraseñas distintas es engorroso, pero lo que podemos hacer es usar un administrador de contraseñas o tener 3 o 4 y utilizarlas dependiendo de la sensibilidad de la cuenta. Nuestro mail podría tener la mayor prioridad, seguido de las redes sociales y finalmente los perfiles en sitios menores como foros o de los cuales no somos usuarios habituales. Siempre manteniendo la robustez, idealmente serán largas y con diferentes tipos de caracteres.
Mantener actualizadas nuestras aplicaciones y equipos también es importante porque las empresas encuentran constantemente vulnerabilidades y las corrigen. Pero si nosotros no descargamos los últimos parches, tendremos agujeros en nuestra seguridad.
Por último, debemos comprender que, muchas veces, la principal vulnerabilidad somos nosotros mismos. Es más fácil para un atacante “hackear” a la persona mediante algún cuento del tío, que descubrir cómo llegar a la base de datos de una empresa que tiene un equipo dedicado a la seguridad informática. La clave está en pensar antes de cliquear, dudar de las ofertas exclusivas y de los premios por ser el visitante número 1.000.000.000. De esta forma nos ahorraremos muchos problemas y mantendremos seguros nuestros datos personales.
Fuente: Clarín.
