A días del hallazgo de su cuerpo sin vida, el caso de Araceli Fulles continúa conmoviendo y salen a la luz detalles esclarecedores y escalofriantes. Este lunes se conoció que Darío Badaracco, el principal sospechoso por el crimen, tenía una denuncia en su contra por abuso sexual agravado contra su hijastra de 3 años, y por lesiones a su hijastro de 5.
Según denunció el padre biológico de los menores, el abuso tuvo lugar en la misma casa donde se encontró el cuerpo de Araceli. En la presentación se detalla además que los chicos fueron llevados al hospital, donde corroboraron el abuso en la nena y las lesiones en la espalda al pequeño.
En tanto, la Policía allanó nuevamente el domicilio de Badaracco y hallaron elementos compatibles con las marcas de ahorcamiento que presentaba el cadáver de Araceli, informó minutouno.com.
Este lunes familiares y amigos de Araceli Fulles, acompañados por vecinos de la localidad de José León Suárez, realizaron una nutrida marcha en reclamo de justicia. La movilización se concentró a partir de las 18 en la avenida Márquez y 9 de Julio, en José León Suárez, partido de San Martín.
Andrés Orellano, hermanastro de la joven asesinada, señaló: “Hace un mes que empezamos con todo esto de buscar a mi hermana, tratando de encontrarla con vida. Queremos una justicia justa, que no pasen más estas cosas y que la gente que hizo este daño no salga nunca más de la cárcel“. “Hay muchas cosas que no se hicieron y, si se hicieron, se hicieron mal. Hubo muchas dudas, sabemos cuáles fueron las cosas se hicieron mal“, indicó.
En la misma línea, el padre de Araceli, Ricardo Fulles, reafirmó su malestar por la forma en que se desarrolló la investigación y dijo: “Nosotros no somos nadie para la Justicia”.
Por otro lado, la fiscal Graciela López Pereyra, a cargo de la investigación por el crimen de Araceli, había citado este sábado a Badaracco para indagarlo en la fiscalía de San Martín, pero el acusado se negó a prestar declaración.
Además, la fiscal indagó este sábado a los otros seis detenidos por el caso, quienes negaron su vinculación con la desaparición y crimen de Araceli, y dieron un relato que ahora la fiscalía deberá cotejar. Estos son Carlos Damián Alberto Cassalz, de 36 años dueño del corralón donde trabajaba; los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos, de 29 y 25 respectivamente, y Marcos Ibarra, de 32, sospechados de ser coautores del hecho.
Los otros apresados son dos empleados del corralón de Cassalz, llamados Hugo Martín Cabañas, de 46 años, y Marcelo Ezequiel Escobedo, de 37. Ambos están acusados de “encubrimiento”.
Además, en el marco de la investigación por la desaparición y crimen de Araceli, Asuntos Internos de la Policía Bonaerense separó de sus cargos a tres policías. Los desafectados son el subcomisario Hernán Humbert, el oficial principal José Gabriel Herlein y el oficial subinspector Elian Ismael Avalos.
Los dos primeros fueron separados por sus actuaciones en los rastrillajes y los desafectaron de manera preventiva. El tercero es hermano de los dos de los seis detenidos y se sospecha que pudo haber ayudado a los implicados en el crimen.