Insólito, aunque no sea inédito. Una vez más, un grupo de 50 personas se subieron a un colectivo en pleno casco urbano con la intención de tomar la unidad “por la fuerza” a fin de que los llevara en el acompañamiento del cortejo fúnebre de un adolescente de 16 años, asesinado en la noche del miércoles pasado. El “secuestro” del colectivo logró ser desbaratado por un equipo de la policía que intervino a tiempo, después de que los pasajeros que viajaban en la unidad fueran bajados por la fuerza por quienes habían abordado el colectivo.
Se trataba de un grupo decenas de personas que acaban de participar del velatorio del adolescente Samir Domínguez, de 16 años, quien fue acribillado en Villa Amalia ejecutado por dos personas a bordo de una motocicleta, en un hecho que es investigado por la policía.
Desde muy temprano, efectivos de infantería y del Grupo CERO estuvieron afuera de un edificio de salas velatorias ubicada sobre pasaje Padilla y Junín, lo que provocó un gran fastidio de los allegados y familiares del joven asesinado. “No somos delincuentes…vayan a buscar a quienes mataron a Samir como un perro”, les espetó una mujer a uno de los policías que se mostraba a una distancia prudente. Al ser consultados por TucSinFiltro, los efectivos apenas manifestaron “estamos cumpliendo órdenes” al referirse al motivo por el que se habían apostado en el lugar.
Los efectivos tenían instrucciones de seguir a una distancia moderada a quienes participarían del cortejo fúnebre, teniendo en cuenta los últimos hechos violentos registrados en situaciones similares. El miércoles, un sector de la barra brava de San Martín, conocido como “La Banda del Camión”, realizaron disparos mientras despedían los restos de Miguel Ortiz, de 32 años, también asesinado de un disparo en un hecho confuso registrado en el barrio San Roque.
Temiendo que pudiera registrarse un hecho parecido, los policías acudieron al lugar “con instrucciones” para prevenir cualquier situación delictiva. De esa manera, debieron intervenir, cuando unas cincuenta personas se subieron de manera impetuosa en el colectivo obligando a los pasajeros a que abandonaran la unidad. Finalmente, la situación no pasó a mayores, luego de que intervinieran los efectivos y obligaran a los revoltosos a descender otra vez del micro.