Una chica caminaba sola en Burzaco, cuando fue sorprendida por dos motochorros que trataron de asaltarla. Desesperada, gritó y la escuchó un policía de la Bonaerense que estaba en su casa. El efectivo salió de la vivienda con su arma reglamentaria y dio la voz de alto. Se produjo un tiroteo, el policía mató de un disparo por la espalda a uno de los ladrones y quedó detenido.
El intento de asalto que terminó con la vida de uno de los ladrones fue el domingo por la tarde en Italia y Andrade, en Burzaco, Buenos Aires. El efectivo, Leonel Ariel Moyano, estaba de franco en su vivienda cuando escuchó los gritos y pedidos de auxilio de la mujer a la que dos ladrones trataron de robarle.
El agente trabaja en la Unidad de Policía de Prevención Local, salió de la casa y vio a dos ladrones en una moto que trataban de sacarle las pertenencias a la víctima. Dio la voz de alto y se produjo un tiroteo. Durante el enfrentamiento el policía le disparó por la espalda a uno de los ladrones con su Bersa Thunder de 9 milímetros reglamentaria.
Los delincuentes trataron de escapar y durante la huida el ladrón herido de bala cayó en la esquina de Andrade y Paraguay. Lo encontraron muerto, tendido sobre el asfalto. En el lugar se presentaron sus familiares, que lo identificaron como Ezequiel Miño.
La investigación quedó en manos del fiscal Javier Martínez de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de Lomas de Zamora. Ordenó la detención de Moyano, que está acusado de “homicidio por exceso de legítima defensa a terceros”.
Las pericias quedaron a cargo de Gendarmería, y un médico policial determinó que el cuerpo de Miño tenía un orificio de entrada por la espalda a la altura lumbar del lado izquierdo.