Bolivia y Perú se vieron las caras en el estadio Municipal Bicentenario Germán Becker de Temuco, en el que parecía ser el duelo menos atractivo de los cuartos de final de la Copa América. La ausencia de nombres resonantes y la discrepancia en los esquemas llevaron a que se produzca un monólogo inesperado.
En los primeros movimientos, el que intentó tener el dominio del partido fue el elenco comandado por Ricardo Gareca. La movilidad de Christian Cueva, la precisión de Jefferson Farfán y la jerarquía de Paolo Guerrero fueron los argumentos más sólidos para llevar el pleito a la zona de Romel Quiñonez. En cambio, los del altiplano apostaron por la paciencia, ya que su juego dependía de la individualidad de Marcelo Moreno Martins.
Sobre el primer cuarto de hora, los peruanos tuvieron dos balones detenidos que merecieron concluir en la red. Las dubitativas salidas del arquero del Bolivar facilitaron el trabajo del atacante del Flamengo y Claudio Pizarro, pero Miguel Ángel Hurtado y una definición desviada mantuvieron el marcador intacto.
Sin embargo, unos instantes después una ráfaga goleadora de la máxima figura incaica estableció la deseada diferencia. Un centro de Juan Manuel Vargas y un anticipo perfecto de Guerrero derivó en el 1 a 0.
No conforme con la mínima ventaja, el elenco del “Tigre” capitalizó un contragolpe ideal y el oriundo de Lima selló el 2 a 0. Fueron 90 segundos que definieron una historia que parecía liquidada, dado que las discrepancias en las propuestas colectivas favorecían con notoriedad a los de rojo.
Como los de Mauricio Soria no tenían ideas para llegar al descuento, sus recursos se basaron en los remates de media distancia de Alejandro Morales y el juego aéreo de Martin Smedberg Dalence, pero la mala fortuna y las soberbias respuestas de Pedro Gallese atentaron contra los intentos bolivianos.
Antes de que se vayan al descanso el triunfo pudo convertirse en goleada. A través de un delicioso tiro libre, la “Foquita” buscó el ángulo más lejano de Quiñonez y el travesaño le ahogó el grito. De todos modos, el sonido metálico depositó mayor confianza a un conjunto que empezaba a disfrutar el sabor de la clasificación.
En el complemento no cambió la sintonía del espectáculo. Las triangulaciones ofensivas de Perú continuaron lastimando a la vulnerable defensa rival. Las proyecciones de Víctor Yotun y la vigente calidad de Farfán amenazaban con la llegada del tercero. La llegada de una nueva conquista sólo era cuestión de tiempo. Además, el ingreso de André Carrillo le dio oxígeno al combinado victorioso.
Por si fuera poco, la última línea de Bolivia no contribuía a detener al mejor jugador de la noche. Un grosero error en la salida le dio la posibilidad a Paolo Guerrero de festejar su hattrik para llevarse la pelota y cerrar una jornada ideal. Con el 3 a 0 los incaicos consiguieron el objetivo de repetir lo que habían hecho en la última edición disputada en Argentina.
El penal que sancionó Wilmar Roldán a falta de siete minutos fue un consuelo para los de Soria. Desde los 12 pasos el atacante con presente en el fútbol chino fusiló a Gallese y decoró un resultado que se había resuelto con mucha antelación.
Si Gareca logra mantener el nivel demostrado en Temuco y convence a sus dirigidos de que no son inferiores a su próximo rival, Chile podría tener serios problemas en la escala previa al partido decisivo.
Vía: infobae.com