Esta mañana, los estudiantes tucumanos se encontraron con controles policiales al llegar a sus colegios. Un operativo que involucró a unos 500 efectivos se desplegó en el casco céntrico y la periferia de la capital, donde se revisaron mochilas antes de que los alumnos ingresaran a clases.
Este accionar se da luego del anuncio del gobernador Osvaldo Jaldo, quien ayer firmó un decreto para abordar la violencia entre estudiantes secundarios. El mandatario advirtió que aquellos que participen en disturbios serán llevados a comisarías o incluso a cárceles si es necesario.
El ministro de Seguridad de la Provincia, Eugenio Agüero Gamboa, estuvo presente supervisando el operativo y destacó que estas medidas buscan evitar futuros conflictos entre los jóvenes. El jefe de la Policía, Joaquín Girveau Olleta, detalló que se afectó a casi 500 efectivos, incluido el Grupo Cero, para garantizar el orden y evitar actos de desorden y vandalismo.
El decreto del gobernador contempla tres aristas importantes: la posibilidad de detener a alumnos que causen disturbios en la calle, la expulsión e inhabilitación para estudiar por un año de quienes participen en peleas callejeras, y la responsabilidad de los padres, quienes serán sancionados en caso de que sus hijos estén involucrados en estos actos de violencia.
