En la provincia, el transporte público de pasajeros enfrenta una semana decisiva debido a la presión para pagar los sueldos de los choferes a tiempo. Cada mes, esto se vuelve complicado y amenaza con huelgas.
Tanto los dueños de las empresas como los trabajadores esperan que las ayudas del gobierno les permitan cumplir con los salarios puntualmente.
El mes pasado, el sindicato UTA llevó a cabo acciones de protesta en dos días para exigir aumentos salariales de abril y mayo, así como un bono de $60,000 prometido por el gobierno. Incluso se consideró la posibilidad de un paro.
Este conflicto se resolvió en una reunión entre las partes y el gobernador electo, Osvaldo Jaldo.
Ahora, la atención se centra en el jueves y el viernes, cuando vence el plazo para el pago de los salarios de septiembre.
Jorge Berretta, de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán, explicó que están trabajando para hacer estos pagos. Están gestionando que tanto el gobierno nacional como el provincial cumplan con las compensaciones tarifarias.
El objetivo es evitar retrasos en los pagos y posibles huelgas de parte de UTA. Aunque aún no ha habido noticias sobre la transferencia de fondos nacionales, se destacan las gestiones del vicegobernador Jaldo para asegurar que los fondos estén disponibles.
Las tensiones en el transporte público afectan a todo el país, no solo a Tucumán. Esto se refleja en las reuniones entre UTA nacional y la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap) en el Ministerio de Trabajo de la Nación.
El sindicato de choferes está pidiendo la reapertura de las negociaciones salariales debido a la inflación. Sin embargo, los empresarios argumentan que no pueden asumir más costos salariales debido a los altos gastos operativos, especialmente el precio del gasoil.
Además, critican la distribución desigual de los fondos nacionales para las tarifas, ya que la mayoría se destina al área metropolitana de Buenos Aires y solo un pequeño porcentaje llega a las regiones del interior.
Las discusiones están en un punto muerto y se espera que continúen en futuras reuniones, aunque las perspectivas de un acuerdo son limitadas. En la última reunión, las partes acordaron reunirse nuevamente en los próximos días.
