Por Sergio Silva Velázquez
La que habla es Alejandra. Una mujer que intenta ocultar lo que siente detrás de unos anteojos oscuros. Sentada en la mesa de un bar de barrio Norte, delante de gente que continúa con su vida normal en esta mañana, intentará sacar eso que la mortifica desde hace un mes. Nadie que pasa por allí puede saber la pesadilla que vive: hace 30 días se enteró de la manera más cruel que sus dos dos hijas eran abusadas sistemáticamente por quien era su pareja, el hombre con el que convivió durante 9 años.
“Lo conocí cuando enviudé pero siento que durante mucho tiempo estuve con un desconocido. Se aprovechó de mí. Ese hombre con el que tenía una vida perfecta, abusaba de mis hijas en mi propia casa. Les decía a las chicas que les diga papá. El era su papá. Cuando me iba a dormir, cuando me iba a bañar. Simulaba que se iba a ver la computadora….para después entrar en las habitaciones de mis hijas…Una vez lo hizo cuando yo estaba lavando los platos en la cocina…”.
Durante meses, la situaciones de abuso continuaron sin modificaciones hasta que la mujer se chocó con la verdad más cruda.
“Me enteré porque una de ellas habló. La más chica tuvo un problema en la escuela y nos llamaron. Ahí supe la verdad. La más chica contó…porque es más valiente y la más grande dijo que tenía miedo. Su poder era mucho porque era el que yo le otorgué en la casa. Las chicas no sabían que hacer porque eramos como una familia perfecta y tenían miedo de perder todo eso”, afirma ella.
Alejandra realizó la denuncia que se tramita en la fiscalía de Instrucción de la II Nominación de Monteros. El tiempo ha pasado, sin embargo, sin que sucediera lo que para ella es más importante. Por ahora, el denunciado no ha sido aprehendido.
“Quiero denunciar que hace un mes hice la denuncia y el tipo está libre…el día que las chiquitas declararon en Cámara Gesell, él estuvo presente y salió caminando como si nada”.
Aquí el testimonio completo: