Un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) que se encuentra detenido por disposición de la justicia estaría favorecido por las pericias que indicarían que no fue su arma la que disparó la bala que acabó con la vida de un chico de 17 años que intentó robarle su moto junto a cinco cómplices en la zona del Mercofrut. Detuvieron a unos de los acompañantes que está herido en el abdomen e internado en el Padilla.
El domingo a las 19, el sargento de la PFA Jorge Cardozo, de 54 años, circulaba en su motocicleta Honda Biz por avenida Circunvalación a la altura del supermercado mayorista Emilio Luque, cuando fue sorprendido por seis sujetos que se movilizaban en tres motocicletas. Empuñando armas de fuego, comenzaron a amenazar a Cardozo (que estaba de franco) para quitarle su vehículo.
Superado en número, el sargento atinó a dar la voz de “Alto, policía”, lo que provocó que los malvivientes comenzaran a efectuar disparos. Con su arma reglamentaria, la víctima respondió con varios disparos, que en un primer momento se estimó habían acabado con la vida de uno de los malvivientes y herido a otro adolescente, que fue aprehendido en el hospital Padilla, lugar al que llegó para hacerse atender por el balazo que le atravesó el abdomen.
Leandro Julián Albornoz de 17 años residía en calle La Rioja y para el fiscal Washington Navarro Dávila no fue la bala del policía la que avabó con su vida. A esa conclusión llegó al recibir los primeros informes periciales en el que se indica que Albornoz habría sido alcanzado por un proyectil que disparó uno de sus compañeros, ya que no sería del calibre del arma reglamentaria del uniformado. En tanto que el adolescente que sobrevivió sí habría sido alcanzado por un disparo del sargento.
