“Muchachos dejen de investigar la pista iraní en la causa AMIA” les dijo a fines del 2010 el entonces número dos de la SIDE, Paco Larcher, aAntonio Stiuso y su equipo, que venía de reunirse con la presidenta Cristina Kirchner. Hacía pocas semanas que había muerto Néstor, quien había mantenido la acusación contra los iraníes como supuestos autores intelectuales del atentado contra la AMIA de 1994.
Sin embargo, Stiuso afirmó que tanto él como el fiscal Alberto Nismanse negaron a dejar la acusación que había hecho el ex juez Juan José Galeano y ellos retomaron en el 2006. Según fuentes judiciales en su declaración testimonial del lunes, Stiuso dijo que esa negativa profundizó una “guerra” que ya había dentro de los servicios de inteligencia kirchneristas. Había comenzado en el 2006, cuando el entonces director General de Operaciones de la SIDE denunció ante la jueza federal de San Isidro y mujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, al ex experto informático de la SIDE Iván Velazquez, a periodistas y al general retirado Daniel Reimundes –involucrado porque era el único que vivía en esa ciudad– como parte de un supuesto grupo dedicado a hackear correos electrónicos de funcionarios. Stiuso afirmó a la jueza Fabiana Palmaghini que él había echado antes de la SIDE a Velazquez, y que éste luego “trabajó para la Policía de Seguridad Aeronáutica, para Aníbal Fernández y para el jefe de inteligencia el Ejército, general César Milani”. Velazquez negó los cargos, y se exilió en Uruguay hasta el año pasado cuando, sorpresivamente, Arroyo Salgado sobreseyó a todos los acusados que había procesado.
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A finales del 2010, luego de la muerte de Néstor, Stiuso afirmó que comenzó a recibir presiones K por aquella negativa a desvincular a los iraníes. En el marco de esta pelea que es la primera vez que se blanquea en una causa judicial, dijo que vino un “contraataque” de parte del sector de inteligencia que manejaba Aníbal F. y poco tiempo después desconocidos dispararon 3 veces con una pistola 22 contra el miembro de la auditoría general de la Nación y operación judicial de Stiuso, Javier Fernández.
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Paralelamente, Nisman comenzó a recibir mails amenazantes que le advertían sobre los movimientos de su “mujercita” y sus hijas. Contenían fotos de cuerpos humanos descuartizados y decían que se había puesto un precio de 30 mil dólares por la cabeza de Nisman.
Pero el 10 de julio del 2013, el grupo Halcón de la Bonaerense mató a su agente y hombre de la noche “Lauchón” Viale, en un operativo antidrogas ordenado por la Justicia. “Tenían información falsa de que yo iba a estar cenando con el Lauchón”, dijo Stiuso palabras más o menos.
La muerte del Lauchón provocó una conmoción en esa “guerra”. A la SIDE fue convocado el entonces gobernador bonaerense Daniel Scioli, a quien se le preguntó: “¿Cuántas muertes va a costar este tema?”. Según una fuente de inteligencia, Scioli se sintió mal y negó haber tenido injerencia sobre el grupo Halcón.
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Según Stiuso, el “asesinato” de Nisman fue el último eslabón de esa cadena de intimidaciones K y por eso, tras declarar por primera vez en febrero del 2015 en la causa, se fue con toda su familia –incluyendo a los novios de sus hijas– a pedir asilo a EE.UU.
Informe: Daniel Santoro – Clarin