La mamá de Luisana Lopilato, Betty, decidió cambiarse el look y fue a una peluquería de Villa Urquiza. Pero se sorprendió cuando le dijeron que debía pagar 8 mil pesos por los servicios brindados. Más tarde, su hija Daniela decidió denunciar al salón de belleza a través de las redes sociales.
“¡Miren esta ESTAFA que le hicieron a mi mamá en la peluquería Leo Paparella de Villa Urquiza! ¡Realmente un robo y teniendo pelo corto! ¿Reflejos $5700, de un total además de $8010? “, se quejó la nutricionista en la red social.
En una entrevista con C5N, Martín, el colorista que atendió a Betty en el salón de belleza, explicó: “No solo son reflejos, son cuatro trabajos de decoloración. Más una decoloración que hicimos para sacarle los reflejos y el color. O sea, son seis trabajos, eso es la sumatoria”. Además, señaló que cada decoloración sale aproximadamente 1.100 pesos. “No se le cobró todo, se le cobró menos todavía”, agregó.
En diálogo con Teleshow, Daniela Lopilato afirmó que fue al local en dos oportunidades para preguntarle al encargado por qué le habían cobrado tan caro: “Tratan de justificar que le hicieron cuatro decoloraciones. Si le hicieron tantas, mi mamá debería haber quedado pelada. Necesitan justificar que le salió 5.700 pesos. Por más decoloración que hagas, nunca te puede salir eso”.
El colorista dijo que si se usan buenos productos es posible someter al pelo a varias decoloraciones en poco tiempo.”Ella vino con el cabello colorado y es muy difícil sacarlo. Yo le expliqué que lo podía hacer en el mismo momento, pero que nos iba a llevar tiempo y que le iba a salir caro. Ella contestó: ‘yo sé que es muy caro, pero me lo quiero hacer igual, quiero salir platinada’. Después vio unas fotos y dijo: ‘quiero ese corte’ y se le hizo lo que pidió”.
Martín aseguró que la hermana de Luisana y Darío Lopilato fue al salón para reclamar “a los gritos” por el alto costo del servicio: “Le expliqué cuáles son los precios, por qué el monto total. Fueron seis trabajos. No es uno solo. Siempre vino en malos términos… No me parece que le cobramos mal”. Luego, señaló que en la empresa siempre trabajan “con productos de primera calidad, que son caros”.
Cuando le preguntaron si sabía que se trataba de la mamá de Luisana Lopilato, el colorista contestó: “Sí, pero para mí es una persona normal y común… La señora se fue contenta y feliz, porque había logrado (el color) que quería en un solo paso. No en varias etapas como le habían dicho en otros lugares. No se quejó. Después vino la hija a gritar diciendo que se podía atender gratuitamente en otros lugares. Nosotros estamos trabajando, no hacemos canje”.
Fuente: Infobae.