El gobierno de Javier Milei dio un paso importante al permitir que los clubes de fútbol se transformen en sociedades anónimas y reciban inversiones de capitales privados. Esta medida fue anunciada por la Inspección General de Justicia (IGJ), que emitió una resolución desregulando y flexibilizando los trámites necesarios.
La resolución establece que las asociaciones civiles y fundaciones pueden ser accionistas de sociedades anónimas y que las asociaciones civiles pueden convertirse en sociedades anónimas. Además, se simplifica la inscripción de entidades de bien común extranjeras para operar en Argentina.
Los artículos 346 y 347 del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 permiten que los clubes de fútbol, de manera voluntaria, reciban aportes de capitales privados y que las empresas puedan gestionar estas entidades. Estos artículos también especifican que cualquier cambio en la estructura o funcionamiento de los clubes debe ser aprobado por el voto de los socios.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), liderada por Claudio Tapia, ha sido crítica de esta medida, rechazando públicamente la gestión empresarial de los clubes y apoyando recursos judiciales para bloquearla. Sin embargo, algunos, como el presidente de Estudiantes, Sebastián Verón, apoyan una privatización parcial.
El gobierno de Milei sostiene que la apertura al capital privado podría generar una inversión de entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, lo que es crucial en un momento de escasez de dólares. Además, se busca mejorar la situación actual, donde los clubes son pobres pero los dirigentes son ricos, y los jugadores se venden prematuramente a otros países.
La influencia de Federico Sturzenegger, el nuevo ministro de Desregulación y Transformación del Estado, ha sido clave en esta medida. Sturzenegger participó en reuniones con Javier Tebas, presidente de LaLiga de España, para discutir cómo funciona el esquema de sociedades anónimas deportivas en España.
