Walter Sigler, titular del programa de Salud Mental y Adicciones del Ministerio de Salud de la provincia, afirmó que es alarmante que en los últimos dos años se hayan registrado casos de filicidio “con mayor intensidad, respecto de períodos anteriores”. “Es un cuadro que se vino presentando de forma muy aislada en los últimos 10 años. Pero, en el NOA, ya hubo cuatro casos en los últimos dos años: dos en Tucumán, uno en Jujuy y uno en Salta”, afirmó.
El funcionario explicó que, en general, estas situaciones están vinculadas a disfunciones emocionales. “No se ha podido demostrar aún que cuadros psicóticos agudos hayan desencadenado hechos lamentables. La persona que ha actuado fue consciente de sus actos”, expresó. “Se presenta una doble connotación”, explicó el especialista. Por una parte, según detalló, se aprecia un proceso gradual y lento de maltrato a la víctima. Pero cuando la persona, sea el padre o la madre, está bajo emoción violenta actúa de forma abrupta. “Puede darse por dos cosas: planificado y no planificado”, prosiguió.
Las víctimas y las personas que cometen filicidio -uno de los padres da muerte a su hijo- tienen un contexto familiar. Se aconseja observar en ese ambiente si hay cambios de conductas. “Pueden pasar a ser personas excéntricas o introvertidas. También aisladas y reticentes. Se empieza a notar una conducta diferente del padre o la madre hacia los hijos”, dijo. Entre los niños, se pueden apreciar condiciones de hiperorexia (aumento de la alimentación) o hiporexia (menor alimentación).
En San José, La Cocha, una joven mató el martes a sus dos hijos, de tres años y siete meses, y luego intentó suicidarse. Se trataría del segundo caso en ocho meses.