Los antecedentes del policía torturador

Publicado el: 22 septiembre, 2015

Alfredo Giménez paso por varias comisarías. De ninguna se fue por ‘buenas razones’. Choromoro, Tapia y finalmente Tafi Viejo fueron y son testigos de su aberrante accionar. “De una comisaría lo sacaron porque le cobro $5000 a una madre para poder ver a su hijo que estaba preso”, nos cuentan vecinos de Tafi Viejo. En el Barrio Calpini, lo conocen como el responsable de acosar adolescentes y jóvenes. A él le apuntaron por la muerte de Nicolás Escobar. Por razones de seguridad no citaremos nombres. Son conocidas las represalias que pueden tomar los policías: lejos de reconocer estos accionares, la respuesta suele ser vengarse contra quienes los denuncian.

Más de una decena de personas de Tafi Viejo relataron a APA! episodios en donde Giménez ejerce violencia contra los chicos y contra sus familiares. “Muchas veces no hacemos nada, porque nos da miedo que por denunciar los sigan persiguiendo a los chicos” comentó una de las madres.
“Salíamos de bailar, y siempre estaba cerca del barrio, si estábamos borrachos nos pegaba, o en la avenida nos sacaba todo y nos pegaba. A los más chicos los largaba, pero a los grandes los llevaba a la comisaría”, relató un joven que sufrió en reiteradas veces los maltratos de la policía.
Las madres son testigos de lo peor de esta historia. Ellas se van “hasta descalzas” cuando les avisan que sus hijos fueron detenidos. Ante la primera pregunta “por qué los detuvieron”, la respuesta frecuente es “que mierda te importa hija de puta…”, Giménez no da explicaciones, solo actúa. Su envestidura les da el poder para ejercer control. Sus relaciones familiares le dan seguridad. “Siempre nos decía “ustedes hagan lo que quieran, pero nadie me va a sacar a mí porque mi papá es poderoso”. Así nos respondía. Y por sacarlos nos cobraba $700”.

Esta no es la primera vez que sale a luz un hecho como este, pero está claro que a los policías que torturan a presos no son castigados, sino apañados por el entramado judicial y por sus propios superiores, trasladados a otras seccionales o reubicados en cargos administrativos. Muchas otras veces, tal vez las más, siguen en sus cargos como si nada hubiera pasado.

Tampoco se debe dejar de lado quienes son una y otra vez las victimas tanto de Giménez como muchos otros policías: siempre ejercen con total impunidad su aparato represivo y encubridor en los barrios populares, contra aquellas personas que no disponen de los recursos para costear un abogado, ya que con lo que cuesta una sola consulta pueden subsistir una familia durante casi todo un mes.
Otra de las formas de operar que tiene la policía tucumana, es teniendo de rehenes a los jóvenes que son utilizados para delinquir, a quienes proveen de armas con la numeración limada (eso las hace irreconocibles) entregando todo el motín a los propios oficiales.. Luego cuando los jóvenes son aprendidos por este tipo de delitos, exigen sumas de dinero para liberarlos. Así lo contaba uno de los vecinos de Tafi Viejo “Él mismo te ofrecía robar, te ofrecía su fierro y te mandaba a robar para él. Que “robemos a medias”, siempre era a los más chicos. Cuando tu vieja te va a buscar a la comisaria las trata mal, es abuso, les pide coimas, la obligaban a acostarse con él”.

Esto se repite una y otra en los barrios más pobres de Tucumán. Giménez no es un caso aislado, no es un policía, es toda una institución, desde aquellos que se manejan desde un escritorio definiendo la política de seguridad de Tucumán, hasta los policías que hoy manejan comisarias corruptas que violan a diario los derechos humanos con golpizas brutales a los detenidos y muchas veces saltando pasos legales para cambiar la libertad por unos cientos de pesos.

“En la comisaría nos tratan muy mal, si entrabamos al baño nos abría la puerta o si nos llevaban colchas se las quedaban, nos rociaban desodorante de ambiente porque decía que teníamos mal olor”… “una vez a mi hijo lo levantaron cerca de la escuela, le pegaron malamente, con mi marido fuimos y él nos levantaba a voz, nos trató muy mal. Yo quería saber cómo estaba mi hijo, Giménez lo desafiaba a pelear, y los policías que estaban ahí remontaban las escopetas. Esa noche estuvo ahí, me decían que lo iban a llevar al Roca pero era mentira. Al otro día recién lo llevaron, los abogados me decían que estaba en mal estado y que podía denunciar”.

(FOTO): Captura de video

(VIDEO): https://www.youtube.com/watch?v=b3B2jBBXej4

Fuente: http://apaprensa.com.ar/los-antecedentes-del-policia-torturador/