En lo Pequeño habita lo Grandioso

Publicado el: 23 junio, 2017


Por Pablo Jozami-Cada ser humano es un Universo en sí mismo, con un potencial único e ilimitado, capaz de crear su propio destino y la forma en que se desarrollará como Universo que es, proyectándose en un Multiverso con el que se encuentra íntegramente vinculado como parte esencial de su misma creación.

Lo que corrientemente la percepción de cualquier humano cree comprender con respecto a la espacialidad es que existe un adentro—considerado como la integridad físico-luminosa que se es­— y un afuera—delimitado del adentro por la tensión superficial de la piel. La realidad en todo esto es que la piel es solo un límite biológico que más que delimitarun adentro de un afuera opera como un sistema organizado de experimentación sensorial en relación al entorno en que se está: la piel es otro de los órganos propios de este canal físico de existencia llamado cuerpo humano.

Cada ser humano está compuesto por el conjunto de todas sus células, como también el Universo está compuesto por cada partícula que es en él. Tanto el Universo que habita el ser humano como el Universo que es cada humano precisan ser comprendidos no como la suma de sus partes sino como la Interrelación que se origina entre ellas. Ese conjunto de células que configuran a cada ser humano coexisten en una permanente e indisoluble interrelación. Cuando dicha relación es de cooperación se genera en un cuerpo lo que se denomina armonía, y a este estado del ser se le reconoce como salud; cuando por el contrario el conjunto de células comienza parcial o totalmente a desarrollar una interrelación aislada e incoherente se produce un desequilibrio, estado al que se denomina enfermedad.  Un organismo es saludable cuando cada célula del mismo se encuentra desempeñando la función por la cual decidió crear-se y en el lugar apropiado para ello, en cooperación con sus pares y en equilibrio con todo el propio cuerpo, siendo una célula saludable y contribuyente en la prosperidad y el beneficio común; si por el contrario alguna de estas células se encontrara en un lugar inapropiado para ella y viéndose forzada a desempeñar una función que no le la suya, dicha célula comenzaría a vivir en conflicto consigo y a proyectarlo en las que la rodeen, convirtiéndose en una célula estresada que se manifiesta en aislación y desequilibrio con el propio cuerpo, al que incluso percibe como anómalo. Esta es, ni más ni menos, que una ley universal, y como tal es común a todos los organismos que integran el Universo, como es lógico.

Ahora, siguiendo la anteriormente citada ley de correspondencia, si como es adentro es afuera observemos cómo el afuera es en realidad una proyección del adentro: cada ser humano es propiamente una célula del gran organismo al que llamamos Humanidad, manifestando el estado de ser de su Universo Interior hacia su Universo Exterior, buscando la integración de ambos para así hallar la Armonía y su intrínseca Salud.

Detengámonos aquí para reflexionar con respecto a lo mencionado sobre el organismo saludable y su antagonismo. ¿Es acaso la Humanidad un organismo saludable y próspero?, ¿son los humanos células viviendo en armonía y cooperación, siendo cada uno el ser que decide crear, encontrando todos la felicidad?, ¿es la comunidad humana una común-unidad?, ¿soy consciente de ser parte indisoluble de un mismo organismo?, ¿soy humano?

Pablo Jozami se define como cocinero, artista plástico, músico y poeta.

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