Los supermercados han comenzado a importar productos de la canasta básica un mes después del anuncio de la apertura de importaciones para este tipo de bienes. Esta medida incluye la negociación con proveedores y la búsqueda de nuevos socios, con la mayoría de la mercadería proveniente de países limítrofes como Uruguay y Brasil, y la mirada puesta en Europa y Asia para futuras importaciones.
Los primeros productos importados que han llegado a las góndolas tienen precios entre un 15% y 75% más bajos que los productos nacionales, con excepciones en las gamas más gourmet. Esto ha generado críticas por parte de fabricantes y cámaras como la Unión Industrial Argentina (UIA), preocupados por el impacto en la producción local. Sin embargo, la incorporación de estos productos será gradual, siguiendo un plan de tres etapas.
En la primera fase, se busca recuperar stocks de alimentos que habían desaparecido debido a restricciones anteriores. Actualmente, los supermercados se concentran en traer café, atún, pastas, cervezas y chocolates, entre otros productos. Esta fase también ha implicado la regularización de pagos y la reactivación del flujo de importaciones.
En los próximos 60 días, se espera ampliar el surtido con nuevas variantes de productos básicos como café con vainilla, latas de atún con ajo y salsas de tomate con orégano, entre otros. La tercera etapa, prevista para fin de año, incluirá la entrada de nuevas categorías y proveedores, abarcando desde lácteos hasta productos de almacén, pastas, cervezas, mermeladas y chocolates de Europa, y posiblemente mirando hacia Asia, principalmente China.
Si bien esta medida busca poner en jaque a los fabricantes locales más fuertes para generar mayor competencia y contener los precios, el impacto en la inflación no será inmediato debido a los tiempos de importación y el gradualismo en la implementación del plan. La Secretaría de Comercio espera que esta apertura contribuya a contener los aumentos en el corto plazo y a generar más opciones para los consumidores.