Liliana tiene 34 años, desde el 2004, sus acosadores, pertenecientes a la familia Salazar, que quieren correrla del barrio a ella y a su familia. Los ataques comenzaron por el simple hecho de no tener relación con alguien cercano al barrio, y, según ella misma cuenta, ya lleva acumuladas 27 denuncias contra sus atacantes, pero la Justicia no hace nada.
“Comienza en el 2004, cuando nosotros venimos acá. La familia Salazar nos empezaron a querer sacarnos de acá, ya que nosotros no somos parte de las familias que viven alrededor. Entonces ellos decidieron hacernos la vida imposible”, comienza Liliana, en declaraciones a TV Prensa.
27 denuncias hizo Liliana. 27. https://t.co/QITufwXna4
— Albita (@albitabarbeito) November 6, 2020
Según su relato, cuenta que los ataques comenzaron cuando ella estaba terminando la secundaria, empezaron por parte del padre de la familia mencionada, al que luego, le siguieron sus hijos. “En esos años nosotros denunciamos ya sea porque ellos venían a agredirnos a insultarnos, para que nosotros abandonemos esta casa. Lamentablemente, nosotros no le vamos a abandonar la casa, porque no tenemos otro lugar para ir. A esto nosotros lo hicimos con mucho sacrificio entre mi madre y mis hermanos”.
Liliana vive un calvario, sus denuncias de restricción contra sus vecinos no son respetadas, y nadie hace que las respeten. La joven relata que las amenazas se volvieron cada vez peor, sufrió violencia física y psicológica. Tanto es su temor a que ocurra algo grave, que decidió acudir a la Fundación Marita Verón, pero desde la entidad le dijeron que no podían ayudarla porque su caso no se considera violencia de género.
“Ahora las quiero hacer públicas porque fueron muchas las denuncias y nunca se los detuvieron, nunca se los notificaron. Ellos una vez me dijeron que ‘pisan fuerte’, que tienen poder. No sé si es porque tienen tío y familiares que trabajan en la brigada”, cuenta la mujer con angustia, tristeza y miedo.
Al ver lo ocurrido con Paola Tacacho, la maestra asesinada el pasado viernes 30 de octubre por su acosador, Liliana decidió hablar, contar su experiencia a la espera de que se logre resolver su situación: “Eso me llevó a hacerlo público para no ser una más de ella. Para pedirle a la Justicia que vea mi caso”.
