“Dios es justo”, supo decir Pablo Lavallén, técnico de Atlético Tucumán, cuando el Decano vivió una verdadera epopeya en Quito, ante El Nacional. Fue allí donde el entrenador empezó a mostrar su faceta religiosa que, como se ve, no la oculta ante sus jugadores. “Dios es mi pastor, nada me faltará”, escribió en su cuenta de Twitter, luego de agradecer por la alegría del jueves ante Junior, en el Monumental.
Hoy por hoy, Lavallén es el hombre del momento en esta provincia. El DT, quien tomó el mando del equipo de 25 de Mayo y Chile en diciembre y ahora dirigirá al Decano en la fase de grupos de la Copa Libertadores (sin olvidar el torneo de Primera), está feliz. Pero sus agradecimientos son, en su mayoría, a Dios. Sucede que desde hace unos años que el técnico tiene fuertes convicciones religiosas.
Según contó el propio entrenador, su vinculación por la religión comenzó algunos años antes de su retiro (fue a los 34) cuando su vida dio un vuelco. “Yo me crié en una familia católica pero después de los 30 años empecé a investigar y me convertí en cristiano evangélico. Si bien es una religión yo digo que es una manera de vivir porque implica tener una filosofía distinta, haciendo las cosas como Dios lo dejó escrito en la Biblia. Lógico que tenemos errores y no somos santos pero trato de vivir de acuerdo a las convicciones que nos enseñó Jesús”, había explicado el DT.
La Iglesia Cristiana de La Restauración recibió a Pablo Lavallén, tras la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
“Empecé a caer anímicamente hasta que encontré gente con la que empecé a hablar de temas espirituales y me dijeron que había huecos que ni la fama ni el dinero podían llenar, que hay vacíos que no se pueden completar y así me acerqué a la Iglesia”, dijo Pablo en una entrevista que había brindado en San Juan al diario La Ventana. Así, con el tiempo, se hizo un fiel creyente y hoy por hoy es cristiano evangerlista.
Pero en Tucumán poco se sabía de su religión. Hasta que ayer sorprendió a todos. El ex jugador de River generó una verdadera revolución en San Cayetano, barrio ubicado en la zona sureste de San Miguel de Tucumán, donde visitó la iglesia cristiana de La Restauración, que se encuentra en la esquina de Inca Garcilaso y pasaje Díaz Vélez. Allí, los fieles que habitualmente concurren se vieron sorprendidos por la presencia del entrenador Decano, quien se mostró todo el tiempo agradecido por las muestras de afecto y participó activamente de la ceremonia.
En la salida, una multitud de niños se acercó para saludarlo y pedirle una foto, a lo que él accedió gustoso. El DT no fue el único que se hizo presente al templo; también estuvo el arquero Josue Ayala y su familia. Según él, es una “forma de vida” que va de la mano de su profesión, ya que sus convicciones están presentes mientras cumple su rol al frente de un plantel que está haciendo historia.
Fuente: Clarin