Oriana Sabatini y Paulo Dybala blanquearon su noviazgo los primeros días de julio, cuando finalizó la Copa Mundial de Rusia 2018. Allí, el -ahora- rubio delantero jugó unos pocos minutos para la Selección de Lionel Messi. Y tras el mal paso del equipo, buscó refugiarse en este amor incipiente que por primera vez mostraron en Instagram: con una selfie juntos confirmaron los fuertes rumores de un romance que circulaban desde hacía tiempo, aun cuando la cantante los desmintiera más de una vez (a esta altura, un hábito de todos los famosos).
Tras eso, la hija de Catherine Fulop (quien aprueba pero también un poco lamenta esta relación: hasta bromeó con “boicotearla”) y el futbolista cordobés jugador de la selección nacional realizaron un viaje a Italia, donde fueron fotografiados en la playa, muy acaramelados.
El destino siguiente fue Grecia. Y en Mykonos (se alojaron en un exclusivo hotel para disfrutar de unos días de relax), otra vez la misma escena: también fueron alcanzados por los paparazzis, a puro mimo.Además, la pareja estuvo en Turin, la ciudad en la que Dybala es ídolo. Durante casi dos meses convivieron por primera vez, y aprovecharon estas vacaciones para conocerse más en profundidad, ya que ambos tienen una intensa agenda laboral con sus respectivas carreras a uno y otro lado del océano Atlántico, que los obliga a una relación a la distancia.
Antes de viajar a Italia y Grecia, Paulo había ido a Buenos Aires. Y por iniciativa propia, visitó la casa de la cantante, ubicada en General Pacheco. Allí se dio la presentación del jugador con los miembros del clan Sabatini: además de Catherine estuvo su suegro, Osvaldo Sabatini, y su cuñada, Tiziana. Luego Oriana lo acompañó a Córdoba para retribuir el gesto, conociendo a los familiares y amigos de su nuevo amor