Las razones por las que los pesquisas no dudan de que se haya quitado la vida

Publicado el: 7 octubre, 2016

Por Sergio Silva Velázquez

Si de algo están convencidos los investigadores es de una sola cosa: el cura Juan Viroche se quitó la vida en el lugar donde su cuerpo apareció. Para sostenerlo, se apoyan en elementos dictados por principios básicos de la pericia criminalística. El equipo que ingresó en el lugar donde apareció el cuerpo hizo un relevamiento completo a través de un trabajo planimétrico (fotos, croquis y planos) donde quedaron registrados varios elementos polémicos. Manchas de sangre en el piso que son producto del fluído de líquidos despedidos del cadáver debido al proceso natural de descomposición. Por lo general estos fluidos pueden provenir de la nariz, oído o boca en un momento determinado, como cuando procedieron a descolgar el cuerpo del sacerdote.

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Otra fotografía que fue sacada por una persona que ingresó luego, muestra un banco acostado: fue corrido por uno de los peritos a la hora en que realizaban el examen del cuerpo sin vida del sacerdote. En realidad, todo estaba casi en su lugar.

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El tercer elemento polémico en las fotografías difundidas por esta misma persona era un Cristo dañado. Sobre esto, una fuente consultada despejó el misterio con una simple afirmación:  la figura habría caído luego de que se abriera la puerta. Se trata de un mueble que estaba junto a la puerta de acceso al lugar en que encontraron a Viroche cuando tomó su drástica decisión.

Sin embargo, los datos objetivos que le permitieron al fiscal Diego López Avila ir descartando la posibilidad de un homicidio provinieron de la pericia médica forense. Las personas en situaciones de suicidio sufren lesiones únicas y específicas. El primer indicador en el cadáver de una persona que ha decidido ahorcarse es la ruptura de las vértebras provocada por el peso muerto del cuerpo.

El segundo indicio tenido en cuenta por los peritos que examinaron el cadáver del padre Viroche son las lesiones presentadas en los anillos traqueales, que siempre aparecen en los casos de suicidio. Los especialistas también coinciden en que la persona que ha decidido ahorcarse sufre un proceso que empieza con una coloración “amoratada” desde la soga hacia arriba y que sólo con el transcurso del tiempo comienza a descender, tal como sucedió con el sacerdote. Por último, los expertos consideraron también la observación del proceso denominado “sangre molida” en referencia a que debido a la soga que la ahorca, no sube ni baja como debería suceder en una natural irrigación sino que por el contrario, “permanece estancada o acumulada”, como en el caso de Viroche.

Pero además hay más, por si alguien pudiera pensar de que pudiera haber sido todo parte de una maniobra de encubrimiento de un crimen. El componente objetivo de la participación de muchos actores en una escena donde se investiga una muerte. Debe por ello usted saber, que al lugar donde fue encontrado el padre Viroche ingresó un equipo completo de profesionales compuesto por: un fotógrafo, un experto en planimetría, un huellista, un perito balístico, un bioquímico y su auxiliar encargados del trabajo de laboratorio; un médico de policía junto con el técnico que debe necesariamente secundarlo. Y por si esto fuera poco, al lugar también ingresaron, personal de la División Homicidios y Delitos Complejos: exactamente dos equipos de trabajo compuestos por siete hombres, al que debe sumarse el personal de la fiscalía de Instrucción y eventualmente el del juzgado de Instrucción. Demasiados actores juntos para que una conspiración pueda salir airosa, por más que un narcotraficante haga el mayor de los esfuerzos.

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