Nahir Galarza, la joven condenada por el crimen de su exnovio Fernando Pastorizzo, habló en una entrevista sobre cómo vive su condena en prisión, sus planes a futuro y el mensaje que le envió a los padres de la víctima. Desde el penal, contó que estudia psicología social, aprende idiomas y trabaja en el taller de costura. También aseguró que busca demostrar su cambio y que le gustaría que la Justicia sea justa con ella.
En declaraciones a Canal 9 Litoral, Galarza expresó que “no es la misma persona de cuando tenía 19 años” y explicó que, aunque no apelará su sentencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, está evaluando junto a sus abogados pedir una revisión de la condena. “Todos los días intento ser mejor. Estudio idiomas, voy a la iglesia. Vamos a ir por ese lado, de poder demostrar que sí realmente tengo un cambio y que quiero progresar”, afirmó.
Sobre su vida en la cárcel, detalló que estudia a distancia y participa en actividades como yoga y la iglesia los fines de semana. También contó que las visitas son limitadas y solo recibe a sus padres cada 15 días. “Acá vienen a verme solo mis padres, no pueden venir mis amigos, y la única contención que tenemos acá son los que tenemos afuera”, expresó, pidiendo que la Justicia la trate como a cualquier otra persona condenada.
En otro momento de la entrevista, se refirió a la versión que señalaba a su padre como responsable del crimen. “Se inventaron muchas cosas, yo no hice ninguna denuncia ni pedí ninguna restricción contra mi padre”, aseguró, y agregó: “Yo soy responsable, yo estoy condenada. A él no se lo investigó”.
Además, Galarza habló sobre su intento de comunicarse con los padres de Pastorizzo y les envió un mensaje. “Mis padres y yo intentamos contactarnos con ellos, pero no quisieron. Es entendible que no quisieran nada conmigo. Les pediría perdón desde lo más sincero de mi corazón. Me puse en su lugar en toda la situación, no sé si ellos lo hicieron, pero eso me deja tranquila”, dijo.
Para finalizar, reflexionó sobre lo que ha aprendido en estos años de encierro. “En algún momento me quitó las ganas de vivir, la esperanza de salir y ser una persona normal. Pero me dio mucho aprendizaje. Estoy muy agradecida por la reflexión de estos años porque me ayudó a encontrarme conmigo misma y sentirme libre de expresar lo que siento”, concluyó.
