Un policía vial que declaró esta mañana en el juicio por Paulina Lebbos dejó en una posición delicada a Hugo Sánchez, ex jefe de Policía e imputado por el encubrimiento del homicidio. Dijo que el ex funcionario dio la orden a policías viales de hacer un rastrillaje y que, cualquier resultado, debía ser informado a él.
El 11 de marzo de 2006, el día en que se encontró el cuerpo de la joven a la vera de la ruta 341, en Tapia, se montó un operativo de corte de tránsito para que se pudiera trabajar en el lugar. Los encargados del orden vehicular fueron policías viales, que se dividieron en dos grupos: uno a cada lado del lugar del hecho.
El responsable del primer corte, entre la ruta 9 y el lugar del hallazgo, fue Raúl Esteban Sanagua, que declaró hoy. Indicó, sin dudar, que Sánchez reunió a un grupo de sus compañeros y les ordenó hacer un rastrillaje en la zona cuando el cuerpo estaba ya en el vehículo de Bomberos que lo trasladaría hacia la morgue. El funcionario siempre había negado haber dado instrucciones en el lugar del hallazgo. Fue allí -y en la comisaría de Raco- donde se encubrió el crimen, de acuerdo a una sentencia del año 2013 que condenó a tres policías del lugar por ese delito.
El testigo reconoció que, pese a que ni él ni sus compañeros tenían conocimientos sobre cómo realizar rastrillajes en busca de pruebas, cumplieron la orden de Sánchez. Agregó que el funcionario además les había dado la instrucción de que “cualquier cosa que se encuentre” le sea comunicada a él personalmente. Sanagua dijo también que no informó a su superior de la Policía Vial la orden que recibió, pese a que, por procedimiento, le correspondía hacerlo.
Del rastrillaje participaron, además de un grupo de policías viales, otros con “uniforme negro” (se estima que serían miembros de Infantería), azul y personas vestidas de civil. Llamativamente, no intervinieron miembros de la Policía Científica ni Criminalística, presentes en el lugar y capacitados para la búsqueda, recolección y resguardo de pruebas.
Este reconocimiento del testigo llamó la atención de las partes, puesto que una recolección de pruebas en un escenario tiene que ser ordenada por el fiscal (Alejandro Noguera, que estaba presente) y los resultados también deben ser informados a él.
Explicaciones
Sánchez no quiso hablar con la prensa. Sí lo hizo su abogado, Enrique Andrada Barone, quien no negó que su cliente haya impartido la orden, pero explicó que lo hizo en cumplimiento de un pedido del fiscal. Reconoció también que Sánchez les dijo a los policías que cualquier hallazgo tenía que ser informado a él personalmente, pero señaló que si eso ocurría, él se lo comentaría al funcionario judicial.
Falta de formación y contradicciones
Los policías viales que declararon en el juicio reconocieron no haber recibido ningún tipo de formación en materia de recolección, búsqueda y preservación de pruebas. Tampoco en rastrillajes. De hecho, muchos de ellos admitieron no haber terminado la secundaria y uno dijo no haber concluido la escuela primaria.
Sus relatos difieren prácticamente en todos los datos de lo ocurrido ese día. Respecto de dónde y cuándo se montaron los operativos, qué modalidad tenían (corte total, media calzada, reducción de velocidad), quién les daba las órdenes, hasta qué hora estuvieron y a quiénes vieron en el lugar. Algunos dijeron que, cuando se dirigían al operativo, sólo sabían que se había hallado un cuerpo y otros reconocieron que les informaron que era el de Paulina Lebbos.