Un hombre condenado por homicidio simple, violación agravada reiterada y abuso sexual reiterado a la pena de 38 años, 8 meses y 15 días; la justicia había dispuesto que podía tener salidas transitorias para “estrechar vínculos” con su concubina sin hacer uso de una custodia policial, simplemente llevando una pulsera electrónica que permitiera conocer su ubicación. Sin embargo, este objeto tecnológico no fue un impedimento para que Oscar Delfín Rodríguez aprovechara la salida permitida de la Unidad 3 del Penal de Concepción para escapar sin despertar, al menos, sospechas.
El día jueves al mediodía, el reo de 54 años había llegado a la casa de su pareja Olga del Carmen Amaya, ubicado en la primera cuadra del pasaje Avellaneda en la localidad de Simoca, desde donde debía ser recogido 5 horas después para regresar a su celda.
Según la concubina, cuando eran las 17.15 se dio cuenta que Rodríguez no estaba en ningún ambiente de la vivienda y tampoco respondía al llamarlo por su nombre. Al darse cuenta que, efectivamente, el condenado no estaba decidió dar aviso en el penal.
Al momento de escapar, Rodríguez ( de 1,70 metros de altura, calvo, tez trigueña) vestía un pantalón jeans de color azul, zapatillas azules con naranja, campera gris tipo deportiva canguro. Se destacó que portaba otra prenda de color negra en una bolsa.
Las autoridades judiciales dispusieron que se realizaran varias medidas tendientes a la localización del abvusador, ahora suelto por las calles tucumanas.