Por Luis Iriarte.- En el “Manifiesto” que hizo a las naciones el Congreso General Constituyente el 25 de octubre de 1817, en Buenos Aires, luego de declarar nuestra independencia en Tucumán, se describen distintas situaciones que pudieron generar anticipadamente nuestra separación de España, algunas de las cuales ya fueron precisadas en entregas anteriores. Una coyuntura dramática y propicia fue la producida por la invasión napoleónica a la península ibérica en 1808 (alianza previa del rey Carlos IV y Napoleón para apoderarse de Portugal), logrando la renuncia al trono de Fernando VII y de su padre, instalando como nuevo rey de España a su hermano mayor José. El pueblo español se levantó en armas, conformándose distintas Juntas de representantes de municipios, luego unificadas en la Junta Central de Sevilla, titulada “Suprema de España e Indias”.
La Central pide ayuda a América, renunciando previamente al carácter de metrópoli, declarando por Real Orden del 22/01/1809, que “los vastos y preciosos dominios que España posee en Indias no son propiamente colonias, sino una parte esencial e integrante de la Monarquía Española”. Si los virreinatos de América eran “parte integrante” de la monarquía española, tendrían derecho a gobernarse a sí mismos si se producía el colapso de la península. Continuó avanzando la ocupación francesa, disolvíéndose la Junta Central y conformándose en su reemplazo un “Consejo de Regencia”, luego desconocido por los criollos. Esta situación de incertidumbre fue descripta en este “Manifiesto”, explicando las razones de la conformación de la Junta de Gobierno Patrio. De su lectura surge claramente que con su instalación, la independencia de la monarquía española era una alternativa posible, pero no podía ser y no fue, un propósito buscado. El “Manifiesto” expresa:” Entramos en cuidados y temimos ser envueltos en las mismas desgracias de la Metrópoli. Reflexionamos sobre su situación incierta y vacilante, habiéndose ya presentado los franceses a las puertas de Cádiz y de la Isla de León; recelábamos de los nuevos regentes desconocidos para nosotros. Ignorábamos si los franceses se habrían apoderado de Cádiz y consumado la conquista de España. Dudábamos que un gobierno nacido de los dispersos fragmentos de la Central, no corriese pronto la misma suerte que ella. Atentos a los riesgos en nos hallábamos, resolvimos tomar a nuestro cargo el cuidado de nuestra seguridad. Entretanto, nosotros establecimos nuestra Junta de Gobierno a semejanza de las de España. Su institución fue puramente provisoria y a nombre del cautivo rey Fernando”. Más adelante expresa: “El nombre de Fernando de Borbón precedía en todos los decretos del gobierno y encabezaba sus despachos. El pabellón español tremolaba en nuestros buques y servía para inflamar nuestros soldados. Era esta medida imitación de la España, incitada por la declaración que hizo a la América parte integrante de la monarquía e igual en los derechos de aquella”. Hasta 1814 flameó la bandera española en el fuerte de Buenos Aires.
LAS RAZONES DE NUESTRA INDEPENDENCIA ESTÁN MUY BIEN PRECISADAS EN ESTE DOCUMENTO QUE ANALIZAMOS. EN EL MISMO SE SEÑALAN LAS ATROCIDADES COMETIDAS POR LOS ESPAÑOLES EN LA GUERRA AMERICANA Y EL ARBITRARIO TRATAMIENTO DE AMÉRICA BRINDADO POR EL REY FERNANDO AL RESTITUIRSE AL TRONO EN 1814. POR ELLO AFIRMARON: “NOSOTROS, PUES, IMPELIDOS POR LOS ESPAÑOLES Y SU REY, NOS HEMOS CONSTITUÍDO INDEPENDIENTES”. CONCLUÍMOS, EXAMINADA ESTA VALIOSA DOCUMENTACIÓN, QUE EN SUS INICIOS LA REVOLUCIÓN DE MAYO NO FUE ANTIESPAÑOLA, NI SEPARATISTA, NI INDEPENDENTISTA. ACOMPAÑÓ A LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA INICIADA EN 1808, Y CUANDO ESTA FUE DERROTADA Y SE RESTABLECIÓ EL ABSOLUTISMO EN 1814, SE PRODUJO LA RUPTURA DEFINITIVA CON LA MADRE PATRIA, DECLARÁNDOSE SOLEMNEMENTE LA INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816.